La Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol) celebró 25 años de su refundación en un contexto económico desafiante. La crisis por la escasez de dólares y el incremento en los costos de importación ponen a prueba la capacidad del sector para garantizar el abastecimiento de medicamentos en el país.
Desde su refundación en el año 2000, Cifabol ha sido un actor clave en la defensa y promoción de la industria farmacéutica nacional. Su labor ha permitido fortalecer la seguridad jurídica del sector y promover regulaciones que aseguren la calidad de los medicamentos. Sin embargo, la coyuntura actual ha generado serios obstáculos para la producción y distribución de insumos esenciales.
Impacto de la crisis económica
La falta de acceso a dólares ha elevado hasta en un 70% los costos de importación de materias primas, sumado al incremento en los costos logísticos y la escasez de combustibles. Esta situación también afecta las compras estatales de medicamentos, pues los precios referenciales han quedado rezagados frente a la nueva realidad del mercado.
Ante este escenario, Cifabol ha impulsado gestiones ante el Gobierno para encontrar soluciones sostenibles. Una de las medidas obtenidas fue la reducción a cero del arancel para la importación de materias primas, aunque su impacto ha sido limitado debido a los altos sobrecostos.
Propuestas y soluciones
El sector farmacéutico apuesta por fortalecer la producción local y reducir la dependencia de insumos importados. En este sentido, Cifabol propone trabajar junto al Gobierno en proyectos como el Laboratorio Industrial Farmacéutico Boliviano (Lifab) para producir materias primas en el país y desarrollar medicamentos de alta tecnología, como los biotecnológicos.
El objetivo del sector es ambicioso: abastecer entre el 80% y el 90% del mercado nacional con medicamentos de fabricación local. Para ello, Cifabol insiste en la necesidad de una política industrial farmacéutica que incentive la inversión y fortalezca la producción nacional bajo el sello “Hecho en Bolivia”.
A pesar de las dificultades, la industria farmacéutica boliviana mantiene su compromiso con la innovación, la generación de empleo y el abastecimiento de medicamentos accesibles y de calidad para la población.