En el marco de la Exposoya 2025, la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) instó al Gobierno a establecer reglas claras que garanticen la libertad de producción y exportación de soya.
El presidente de Anapo, Fernando Romero, enfatizó la necesidad de condiciones justas y previsibles para el crecimiento del sector. “Exportar es un principio irrenunciable”, afirmó durante su discurso, subrayando que los productores son dueños de su cosecha y no deben estar sujetos a restricciones arbitrarias. “No pedimos privilegios, sino reglas claras y justas”, agregó. Según Romero, con políticas adecuadas, Bolivia podría aumentar su producción de granos de 5 a 12 millones de toneladas anuales, lo que impulsaría la seguridad alimentaria, las exportaciones, el empleo y el desarrollo económico.
El reclamo surge en un contexto de restricciones a la exportación de soya, una medida que ha generado inquietud en el sector. Romero recordó que más de 14.000 familias dependen directamente de este cultivo, el 80% de ellas pequeños y medianos productores que garantizan el abastecimiento nacional y generan 120.000 empleos en la cadena productiva.
El llamado de Anapo fue respaldado por José Luis Farah, presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), quien destacó dos puntos críticos. En primer lugar, la necesidad de libertad de exportación para mantener la competitividad en el mercado global y captar divisas. En segundo lugar, la derogación de la disposición adicional séptima de la Ley del Presupuesto General del Estado (PGE) 2025, que permite decomisos y confiscaciones por parte del Estado. Farah advirtió que esta norma representa una amenaza para la iniciativa privada y pone en riesgo la estabilidad del sector.
Por su parte, Fernando Menacho, secretario departamental de Desarrollo Económico, lamentó que en lugar de fomentar el crecimiento del sector, el Gobierno haya implementado medidas que lo frenan. “Bolivia dependerá cada vez más del sector productivo”, afirmó, destacando la necesidad de políticas que incentiven la inversión y fortalezcan la interdependencia entre el campo y la ciudad.
El mensaje de Anapo y sus aliados refleja la creciente preocupación del sector agropecuario boliviano, que busca condiciones más favorables para seguir contribuyendo al desarrollo económico y a la seguridad alimentaria del país.