El precio de la carne de res en Bolivia ha registrado un incremento considerable en el último año, pasando de 41 a 60 bolivianos por kilo, lo que ha llevado al Gobierno a suspender las exportaciones del producto. La medida busca garantizar el abastecimiento interno y contener la escalada de precios, aunque ha generado críticas por parte del sector privado, que la considera perjudicial para la economía.
El ministro de Desarrollo Productivo, Néstor Huanca, anunció la suspensión de las exportaciones de carne de res hasta que los precios en el mercado interno se estabilicen. “Hemos determinado no autorizar las exportaciones para cuidar la economía de las familias y garantizar el acceso a precios justos”, explicó Huanca. Según datos oficiales, el precio del ganado en pie aumentó de 12 a 21 bolivianos por kilo en el último año, impactando directamente en el costo final para los consumidores.
Rechazo del sector privado
La decisión ha sido criticada por empresarios y ganaderos, quienes sostienen que afecta los ingresos del sector y desincentiva la inversión. Pablo Camacho, presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), advirtió que la medida daña la imagen internacional del país y compromete la atracción de capitales. “Vetar las exportaciones no es el camino para reactivar la economía”, afirmó.
Por su parte, Walter Ruiz, presidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), alertó sobre los efectos negativos en los mercados externos ya consolidados, lo que podría reducir la competitividad del sector.
Impacto en las exportaciones
Entre enero y noviembre de 2023, Bolivia exportó carne bovina y derivados por un valor cercano a los 220 millones de dólares, con China, Asia, Sudamérica y África como principales destinos. Este ingreso de divisas es clave en un contexto de caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN). Sin embargo, el Gobierno argumenta que la prioridad es controlar los precios internos ante la escalada inflacionaria.