El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, emprenderá una gira por cinco países de Latinoamérica del 1 al 6 de febrero, según anunció este viernes el Departamento de Estado. La agenda incluye visitas a Panamá, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana, con el objetivo de fortalecer la cooperación regional en temas clave como la migración irregular, el combate al narcotráfico y la influencia china en la región.
El viaje de Rubio se produce en un contexto de tensiones regionales, especialmente tras el reciente conflicto entre Estados Unidos y Colombia por el envío de migrantes irregulares en aviones militares. La gira busca reforzar la colaboración en áreas estratégicas, aunque también podría generar roces diplomáticos, especialmente en Panamá, donde el presidente estadounidense Donald Trump ha expresado su interés en “recuperar” el control del Canal de Panamá, alegando influencia china en la vía interoceánica.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, ya ha rechazado cualquier negociación sobre el tema, afirmando que “el canal es de Panamá”. Esta postura podría dificultar las conversaciones durante la visita de Rubio, cuyo primer destino será precisamente Panamá.
En El Salvador, el secretario de Estado destacará el modelo del presidente Nayib Bukele, conocido por su dura política contra las pandillas. Bukele ha sido elogiado por Washington por su enfoque en la seguridad, aunque también ha sido criticado por organizaciones de derechos humanos.
En República Dominicana, Rubio se reunirá con el presidente Luis Abinader, quien ha implementado políticas migratorias similares a las de Trump, incluyendo la construcción de un muro en la frontera con Haití y la expulsión de haitianos en situación irregular.
En Guatemala, el recién electo presidente Bernardo Arévalo, quien llegó al poder con promesas de combatir la corrupción, ha mostrado disposición a cooperar con Estados Unidos en materia migratoria, aceptando a migrantes expulsados desde territorio estadounidense.
La gira de Rubio subraya la importancia estratégica de Latinoamérica para Estados Unidos en un momento en que la migración irregular, el crimen organizado y la influencia china en la región son prioridades clave para la administración Trump. Sin embargo, también refleja los desafíos diplomáticos que enfrenta Washington al tratar de alinear intereses con gobiernos que tienen agendas y prioridades propias.