Una riada provocada por el desborde del río Jakunkollo devastó la localidad de Taipiplaya, en el municipio de Caranavi, departamento de La Paz, dejando a decenas de familias sin hogar ni pertenencias. El desastre ocurrió entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, tras intensas lluvias que azotaron la región.
Según informes preliminares, al menos 15 viviendas quedaron gravemente afectadas: varias estructuras colapsaron, mientras otras fueron inundadas y cubiertas de lodo. Las familias afectadas enfrentan una situación de incertidumbre mientras tratan de adaptarse a esta crisis.
Historias de supervivencia
Florentina, una mujer mayor, relató cómo logró escapar con vida mientras observaba cómo su hogar era destruido. “Todo se lo ha llevado. Apenas salí porque mi cuñada me jaló. Vi cómo la casa se desplomó”, dijo mientras señalaba los restos de su vivienda.
En tanto, los damnificados se refugian temporalmente en la sede vecinal, donde reciben alimentos básicos proporcionados por los dirigentes comunitarios. Sin embargo, las condiciones son precarias. “No tenemos ni camas para dormir. Los colchones están destruidos, la ropa y todo lo demás se perdió”, explicó una de las afectadas.
Un llamado urgente a las autoridades
Los habitantes de Taipiplaya han solicitado con urgencia la intervención de las autoridades regionales y nacionales para atender las necesidades inmediatas. Muchas familias no cuentan con un lugar donde cocinar ni descansar tras perderlo todo. “La riada fue muy fuerte; nunca habíamos visto algo así. Muchas personas han quedado sin nada”, expresó un vecino.
El impacto de este desastre no solo se refleja en la pérdida de bienes materiales, sino también en el profundo desgaste emocional que afrontan las familias afectadas. Ahora, la comunidad depende de la solidaridad y de una pronta respuesta gubernamental para comenzar a reconstruir sus vidas.