La noche del domingo, dos personas perdieron la vida en un trágico incidente registrado en el penal de Palmasola, en Santa Cruz de la Sierra. Las autoridades calificaron el hecho como un crimen pasional. Un recluso condenado por feminicidio atacó y asesinó a su expareja durante una visita y luego se quitó la vida.
De acuerdo con la Policía, el incidente ocurrió en el microhospital del penal, donde el hombre, quien realizaba labores de limpieza, recibió la visita de la víctima. Tras una acalorada discusión, el recluso utilizó un arma punzocortante para herir gravemente a la mujer y luego la estranguló. Minutos después, el agresor se ahorcó con una soga.
Investigación y autopsias
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) intervino tras conocerse el hecho. Los cuerpos fueron trasladados a la morgue judicial de la Pampa de la Isla, donde las autopsias confirmaron que ambos murieron por asfixia mecánica.
El agresor, quien cumplía una condena de 20 años por feminicidio, llevaba un año recluido en Palmasola. Este nuevo episodio de violencia en un recinto penitenciario ha encendido nuevamente las alarmas sobre la seguridad y los protocolos durante las visitas a personas privadas de libertad.
Reacciones y medidas
Se espera que el régimen penitenciario brinde una conferencia de prensa en las próximas horas para ofrecer detalles sobre los hechos y anunciar posibles medidas para evitar tragedias similares.
El caso ha reavivado el debate sobre la protección de las víctimas de violencia de género, particularmente en contextos como los penales, donde el control debería ser más riguroso. Expertos y organizaciones defensoras de derechos humanos han pedido reformas urgentes que garanticen la seguridad de las personas que ingresan a estos recintos, especialmente durante las visitas.