Las intensas lluvias registradas en Bolivia en los últimos días han provocado deslizamientos, mazamorras y emergencias en siete departamentos del país, dejando un saldo de nueve personas fallecidas y 300 familias damnificadas. Las autoridades trabajan en la atención de las comunidades afectadas mientras persiste el riesgo de nuevos desastres.
El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, informó que los desastres han golpeado a 13 municipios y 20 comunidades, incluidas Avispas en Villa Tunari, donde una mazamorra aplastó dos viviendas, causando la muerte de cuatro personas. En La Paz, una niña perdió la vida en Bajo Llojeta, y otras cuatro personas fallecieron en distintos incidentes en Chuquisaca y Tarija.
En Chuquisaca, dos personas murieron arrastradas por un río crecido en la localidad de Presto, mientras que un adolescente fue alcanzado por un rayo en una zona rural de Sucre. Las lluvias también afectaron viviendas, cultivos y sistemas de agua en varias regiones.
Medidas de ayuda y evaluación de daños
Defensa Civil y la Agencia Estatal de Vivienda están evaluando las viviendas afectadas para determinar cuáles pueden ser reconstruidas. Además, se coordina con los municipios la entrega de ayuda humanitaria, incluyendo alimentos y materiales de primera necesidad para las familias damnificadas.
Calvimontes advirtió que el fenómeno de La Niña ha generado condiciones climáticas impredecibles en el país, y junto al Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), se emiten alertas para minimizar riesgos. Este miércoles, se pronosticaron tormentas eléctricas en 47 municipios de Chuquisaca, Oruro y Potosí, así como riesgo hidrológico en 76 municipios, especialmente en La Paz y Oruro.
Impacto en las comunidades y desafíos futuros
El impacto de las lluvias va más allá de los daños materiales y las pérdidas humanas, afectando la producción agrícola y dejando a comunidades enteras en situación de vulnerabilidad. La respuesta del Gobierno y las autoridades locales será crucial para mitigar las consecuencias de este temporal y preparar a la población ante posibles eventos futuros.
Ante la incertidumbre climática, las autoridades llaman a mantenerse informados y a seguir las recomendaciones para reducir riesgos, especialmente en zonas propensas a deslizamientos e inundaciones.