Botafogo de Río de Janeiro logró una hazaña histórica al vencer a Atlético Mineiro en el estadio Monumental de Buenos Aires y coronarse campeón de la Copa Libertadores por primera vez. El Fogão se convierte en el 27.º equipo en conquistar el trofeo máximo del fútbol sudamericano, marcando un antes y un después en su historia.
El partido arrancó con un hecho inesperado que marcó los primeros minutos: la expulsión de Gregore, mediocampista de Botafogo, a tan solo 29 segundos del inicio. En una jugada dividida en el mediocampo, Gregore levantó demasiado la pierna y propinó un planchazo a Fausto Vera, quien llegó primero al balón con la cabeza. El árbitro argentino Facundo Tello no dudó en mostrarle la roja directa tras una breve deliberación. Con diez jugadores desde tan temprano, el equipo carioca afrontó el resto del encuentro con una determinación inquebrantable.
La gloria llega a Río de Janeiro
Botafogo, que hasta ahora solo contaba con una Copa Conmebol obtenida en 1993 como título internacional, se suma al grupo selecto de campeones de la Libertadores. Este logro no solo representa un triunfo deportivo, sino también una reivindicación histórica para un club considerado uno de los “doce grandes” de Brasil. Con este título, Botafogo sigue los pasos de Fluminense, otro equipo carioca que había roto su maleficio continental apenas un año antes.
Brasil, el gran dominador
El dominio brasileño en la Copa Libertadores se reafirma con este triunfo. Desde la victoria de River Plate en 2018, los equipos de Brasil han monopolizado el trofeo: Flamengo (2019 y 2022), Palmeiras (2020 y 2021), Fluminense (2023) y ahora Botafogo en 2024. Este título también amplía la lista de clubes brasileños campeones, consolidando al país como una potencia imparable en el fútbol sudamericano.
Una hinchada que celebra el sueño cumplido
La afición albinegra celebró con pasión el triunfo en el Monumental, donde miles de hinchas viajaron para presenciar un momento único. La victoria no solo llena de orgullo a Botafogo, sino que también refuerza el prestigio del fútbol brasileño en el continente.
Con esta conquista, Botafogo entra al Olimpo del fútbol sudamericano, cerrando una edición memorable de la Copa Libertadores y dejando una huella imborrable en la historia del deporte rey.