La plaza principal de Vallegrande, un municipio agrícola del departamento de Santa Cruz, fue escenario de un inusual ‘tractorazo’ este martes. Agricultores de la región protestaron con maquinaria pesada exigiendo la pronta solución a la falta de diésel, un problema que amenaza la continuidad de las actividades agrícolas y, con ello, la seguridad alimentaria del país.
Los manifestantes demandaron que se les dé prioridad en el suministro de combustible, indispensable para las labores en el campo. La región es conocida por su producción de frutas, hortalizas y verduras que abastecen no solo a Santa Cruz, sino también a otras ciudades como Cochabamba.
Impacto en la producción agrícola
“La seguridad alimentaria peligra. El aparato productivo no puede detenerse porque el combustible es una parte esencial en nuestra labor,” declaró uno de los participantes de la protesta.
El productor también destacó que la escasez de diésel afecta directamente la capacidad de respuesta de los agricultores ante las condiciones climáticas. “En los valles, cuando llueve, la maquinaria debe estar en movimiento inmediatamente. Hay que aprovechar la humedad del suelo para trabajar,” explicó.
El problema se ha prolongado por varias semanas, agravando el riesgo de pérdidas económicas y comprometiendo el abastecimiento de alimentos en el mercado nacional.
Libre importación como alternativa
En respuesta a la crisis, el viceministro de Industrialización y Almacenaje de Hidrocarburos, Adams Hurtado, anunció que hasta el miércoles 20 de noviembre se definirá el precio referencial para que los privados puedan importar y comercializar combustible de forma directa.
“El precio se calculará siguiendo una metodología que incluirá los costos asociados a la importación,” indicó Hurtado tras una reunión con sectores privados y productivos.
La medida de importación privada ha generado expectativas en los productores, pero también incertidumbre sobre cómo se implementará y si garantizará un suministro oportuno a un precio competitivo.