La Confederación de Trabajadores de Carne de Bolivia (Contracabol) declaró un paro nacional indefinido a partir de este lunes, en protesta por el contrabando de carne de res y el incumplimiento de acuerdos destinados a estabilizar los precios del producto en los mercados. La medida, sin embargo, ha sido cuestionada por la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), que considera que no contribuirá a solucionar el problema.
Santiago Aguilera, secretario ejecutivo de Contracabol, explicó que la decisión responde a los altos precios del kilo gancho de carne, que en departamentos como La Paz, Oruro, Chuquisaca y Potosí alcanzan entre 34 y 35 bolivianos. Estos valores, señaló Aguilera, exceden ampliamente el rango comprometido por el gobierno, de entre 22 y 24.5 bolivianos.
“Los detallistas ya no podemos soportar este incremento. Las ventas han caído y muchos comerciantes están abandonando sus puestos de trabajo”, afirmó Aguilera, quien destacó que la huelga fue acordada tras evaluar la crisis que afecta a los afiliados en todo el país.
El dirigente también denunció que el contrabando de carne hacia países vecinos ha reducido la oferta en el mercado interno, encareciendo los precios tanto para consumidores como para comerciantes.
La respuesta de los ganaderos
Por su parte, Fegasacruz expresó su rechazo a la medida. Javier Velarde, tesorero de la organización, calificó el paro como un “error estratégico” que podría agravar la situación.
“Dejar de vender carne es como tirarse un tiro al pie. En la cadena cárnica, lo que manda es la oferta y la demanda”, afirmó Velarde.
El representante explicó que el incremento de precios responde a factores externos, como las dificultades para alimentar al ganado durante la temporada seca, el aumento de los costos de transporte debido a la escasez de diésel, y el pago de precios elevados por combustible en el mercado paralelo. “Estos problemas no se resuelven con bloqueos ni protestas. Debemos trabajar en reducir los costos para que el mercado funcione mejor”, agregó.
Un conflicto estructural
El enfrentamiento entre carniceros y ganaderos pone en evidencia las tensiones en la cadena productiva de la carne, un sector clave para la economía nacional. Mientras los comerciantes exigen precios más accesibles para sostener sus ingresos y abastecer a los mercados, los productores insisten en que el precio lo define el mercado, no las imposiciones externas.
El paro podría generar desabastecimiento en los mercados, afectando el acceso de la población a un alimento esencial. Al mismo tiempo, el conflicto resalta problemas estructurales, como el contrabando y la falta de políticas públicas efectivas para estabilizar la cadena productiva.
Este cruce de intereses evidencia la necesidad de diálogo entre los actores del sector y la implementación de medidas concretas para abordar las causas profundas de la crisis.