El expresidente y líder cocalero Evo Morales ha convocado a una reunión nacional el próximo viernes 22 de noviembre en Lauca Ñ, su bastión político en el trópico de Cochabamba. El encuentro tiene como objetivo analizar el futuro del Movimiento Al Socialismo (MAS) y diseñar estrategias ante lo que Morales califica como una “persecución política”.
La convocatoria surge tras el reciente fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que validó un congreso partidario realizado por la facción oficialista afín al presidente Luis Arce. Morales calificó la sentencia como “inconstitucional e ilegal” y acusó al tribunal de favorecer una estrategia para desplazarlo del liderazgo del MAS.
Un fallo polémico
La sentencia del TCP, respaldada por los magistrados Gonzalo Hurtado y René Espada, reconoció la legalidad del congreso realizado en mayo en El Alto, donde la facción oficialista asumió el control del partido. Esta decisión deja a Morales sin la titularidad formal del MAS.
El líder cocalero aseguró que el fallo tiene como finalidad debilitar al MAS como instrumento político. “No es posible que con una sentencia eliminen a un partido. El TSE rechazó el congreso de El Alto y ahora quieren gobernar con sentencias”, afirmó Morales en declaraciones difundidas por radio RKC.
Además, denunció presuntos cobros irregulares para influir en resoluciones judiciales, aunque no presentó pruebas que respalden estas acusaciones.
Llamado a la unidad
Morales aprovechó la convocatoria para exhortar a la militancia del MAS a mantenerse unida frente al panorama político adverso. “Esta reunión será un espacio para debatir desde las bases cómo salvar Bolivia”, declaró.
El exmandatario también subrayó que su rol como líder político sigue vigente y atribuyó la supuesta persecución a un trasfondo electoral. “Si yo no fuera rival político, ¿por qué se sigue molestando a Evo? Es porque saben que estoy habilitado”, afirmó.
Tensión y movilizaciones
El fallo del TCP ha profundizado las divisiones internas en el MAS y generado movilizaciones por parte de los seguidores de Morales. Estas protestas incluyeron un bloqueo de caminos que se extendió durante 24 días entre octubre y noviembre, causando pérdidas económicas estimadas en más de 2.100 millones de dólares.
Además, más de 100 personas enfrentan procesos judiciales por participar en las movilizaciones, mientras que en días recientes dos líderes vinculados al sector “evista” fueron aprehendidos. Tanto Morales como sus seguidores consideran estas acciones parte de un plan de persecución política diseñado para consolidar el control de la facción oficialista sobre el partido.
La reunión del 22 de noviembre promete ser un punto clave para definir la estrategia del evismo frente a los desafíos políticos y legales que enfrenta, en un contexto de creciente fragmentación en el MAS.