El presidente Luis Arce posesionó la noche de este sábado al nuevo Alto Mando Militar en un acto en la Casa Grande del Pueblo, marcado por el contexto de una intensa crisis política y social derivada de los bloqueos de carreteras promovidos desde hace dos semanas por el expresidente Evo Morales y sus seguidores.
En su discurso, en mandatario aclaró que el relevo en la estructura castrense respeta la normativa vigente y la Constitución Política del Estado; además de la institucionalidad y la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas.
“El cambio de mando militar se da en observancia del orden constitucional y en absoluto respeto a la institucionalidad de las Fuerzas Armadas”, declaró Arce, agregando que confía en que este nuevo mando fortalezca la relación entre las Fuerzas Armadas y el pueblo boliviano. La toma de posesión ocurrió minutos después de que la Cancillería denunciara ante la comunidad internacional lo que calificó como “acciones de desestabilización” por parte de Morales.
El general Gerardo Zabala Álvarez asumió como comandante en jefe accidental de las Fuerzas Armadas, expresando su compromiso de trabajar por la unidad del país y de fomentar un ambiente de diálogo y concertación para alcanzar el bienestar de todos los bolivianos. “Exijo y ordeno a los nuevos comandantes de las tres fuerzas comandar nuestra institución enmarcándose en los principios y valores éticos, sociales y constitucionales”, señaló Zabala, quien además instó a sus pares a respetar y cumplir el rol constitucional de las Fuerzas Armadas.
Para el nuevo comandante en jefe y su equipo, el desafío radica en mantener la cohesión y la disciplina en un contexto de alta polarización, evitando que las fuerzas castrenses se vean envueltas en conflictos políticos. Al asumir su cargo, Zabala enfatizó el compromiso con los principios constitucionales y éticos que deben guiar su labor, haciendo un llamado a la unidad nacional y a la paz social.
En el nuevo Alto Mando Militar figuran, además de Zabala, el general de División José Wilson Sánchez Velásquez como jefe del Estado Mayor accidental; el general de Brigada Eduardo Rodrigo Aguilar Quiroga como comandante general accidental del Ejército de Bolivia; el general de Brigada Aérea Juan Jesús Ballester Aguirre como comandante general accidental de la Fuerza Aérea Boliviana; y el contraalmirante Oscar Jaime Vaca Molina, como comandante general accidental de la Armada Boliviana.
Este cambio en la cúpula militar se da en un escenario de creciente tensión política, mientras el país enfrenta un bloqueo que ha afectado a diversas regiones, generando impactos en la economía y en la circulación de bienes esenciales. Con esta renovación del liderazgo castrense, el Gobierno parece buscar una consolidación de la lealtad y el apoyo de las Fuerzas Armadas, en momentos en que las tensiones internas demandan una postura firme de las instituciones del Estado.