El bloqueo de carreteras, una herramienta recurrente utilizada por sectores afines al expresidente Evo Morales para manifestar su descontento, está generando crecientes preocupaciones por su impacto en la economía popular y productiva de Bolivia. Según las autoridades, estas medidas, lejos de beneficiar a los sectores más vulnerables, están causando daños significativos, afectando principalmente a quienes dependen del comercio diario y los ingresos informales, y debilitando la ya frágil economía del país.
En conferencia de prensa, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, manifestó su inquietud por las consecuencias de estos bloqueos. “Hemos hecho un análisis de los daños que pueden generar”, señaló, subrayando que, aunque los sectores afines a Evo Morales justifican sus protestas en defensa de la economía popular, los principales afectados son los ciudadanos de bajos ingresos. El ministro indicó que el gobierno ha extendido varias invitaciones al diálogo, pero hasta el momento no han sido atendidas por los sectores movilizados.
Impacto en el costo de vida
Uno de los efectos más inmediatos de los bloqueos es el aumento en los precios de los productos de la canasta familiar, especialmente de los alimentos básicos. Recordando el paro de 36 días en Santa Cruz, Montenegro detalló que el precio de productos esenciales como el tomate, la papa, el azúcar, el pollo y el huevo podría sufrir incrementos significativos debido a la interrupción de las rutas de transporte. Por ejemplo, el kilo de tomate podría subir de 6,51 a 14 bolivianos, casi duplicando su costo. De igual manera, la arroba de papa podría aumentar de 62,3 a 81,5 bolivianos, y el pollo pasaría de 15,1 a 20,4 bolivianos por kilo. Estos aumentos afectarían de forma desproporcionada a las familias de bajos ingresos, que dependen de un sustento diario para cubrir sus necesidades básicas.
El impacto no se limita a los alimentos. El costo de los pasajes interprovinciales también se vería afectado, con un aumento promedio de 34,4 a 35,6 bolivianos, lo que dificultaría la movilidad de las personas que deben desplazarse para trabajar o comercializar productos.
Economía productiva en riesgo
Montenegro destacó que los bloqueos no solo perjudican a las economías familiares, sino también a la economía productiva en su conjunto. La obstrucción de las carreteras impide la circulación de mercancías, ocasionando pérdidas significativas para sectores como la agricultura, la ganadería y la industria manufacturera, que son pilares de la economía nacional. Los productores, al no poder trasladar sus productos a los mercados, ven mermados sus ingresos, mientras que los consumidores enfrentan escasez y aumentos de precios.
El ministro reiteró que el Gobierno mantiene una postura abierta al diálogo. “Estamos dispuestos a sentarnos con todos los sectores que quieran hablar de la economía”, afirmó, lamentando que las oportunidades para entablar conversaciones no hayan sido aprovechadas. Montenegro enfatizó que el diálogo es el único camino viable para resolver las diferencias sin recurrir a medidas que afectan a la población, en especial a los sectores más vulnerables.
Consecuencias
Las pérdidas generadas por los bloqueos pueden ser, en muchos casos, irreparables. Los sectores productivos, ya afectados por la inestabilidad económica, ven sus esfuerzos frustrados por la imposibilidad de llevar sus productos al mercado. La economía popular, que depende en gran medida del comercio informal y el transporte, también sufre las consecuencias directas de estas medidas.
Montenegro cerró su intervención con una reflexión: “La pregunta es, ¿cuánto más resistirá la economía popular si los bloqueos siguen siendo la principal herramienta de presión?”.