A partir de este viernes, el precio del kilo de pollo en Cochabamba se incrementará a 17 bolivianos, según un acuerdo alcanzado entre la Asociación de Avicultores (ADA) y la Asociación Departamental de Comercialización de Carne de Pollo (Adecopo). Este aumento, el primero desde 2016, responde a la crisis en el sector avícola, que enfrenta un alza sostenida en los costos de producción.
El principal motivo del ajuste es el encarecimiento de los insumos necesarios para la crianza de pollos, entre ellos el pollo bebé, las vacunas, vitaminas y el alimento balanceado. El precio del maíz, un insumo clave en la alimentación avícola, ha aumentado considerablemente, alcanzando los 102 bolivianos por quintal, frente a los 70 u 80 bolivianos que costaba en años anteriores. Aunque la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) subvenciona el maíz, esta ayuda es limitada y no cubre a todos los productores, lo que sigue presionando los costos.
Según Marco Antonio Calvi, gerente de ADA, el incremento en los costos de producción hace inviable mantener el precio anterior de 15,50 bolivianos. A su vez, Iván Carrión, vicepresidente de ADA Cochabamba, señaló que los márgenes de ganancia en el sector son mínimos y que operar por debajo de ciertos precios llevaría a pérdidas y al eventual cierre de granjas, reduciendo la oferta de pollo en el mercado.
El aumento no es una decisión unilateral, sino que responde a las dinámicas de oferta y demanda. Los avicultores indicaron que, al tratarse de un producto perecedero, los precios pueden bajar si hay sobreoferta, pero en esta ocasión la demanda ha crecido, impulsada por eventos recientes que han presionado los precios al alza.
Antes de llegar al acuerdo, los comercializadores de carne de pollo habían amenazado con cerrar sus puestos en señal de protesta. No obstante, el diálogo entre ADA y Adecopo permitió fijar un precio máximo de 17 bolivianos, garantizando, por el momento, la estabilidad del mercado. A pesar de ello, persisten tensiones, ya que algunos sectores reclaman una reducción del precio, lo cual los avicultores consideran inviable.
Este ajuste en el precio afecta directamente a los consumidores, dado que el pollo es una de las fuentes de proteína más asequibles en Bolivia. Si bien el acuerdo garantiza el abastecimiento, el costo de este producto básico sigue en aumento, lo que podría impactar el presupuesto de las familias, especialmente en sectores vulnerables.
La crisis de costos que enfrenta el sector avícola en Bolivia es un reflejo de una tendencia global. Si bien el acuerdo en Cochabamba ofrece un alivio temporal, el futuro es incierto. Si los costos de producción continúan subiendo, es probable que los precios del pollo sigan en ascenso, lo que planteará nuevos desafíos tanto para productores como para consumidores.