A pesar de que el precio del oro alcanzó cifras históricas a nivel internacional, llegando a 2.653,80 dólares la onza troy al 26 de septiembre, Bolivia experimenta una caída significativa en sus exportaciones de este metal precioso. Esta paradoja obedece a varios factores, entre ellos el contrabando y la falta de divisas en el país, según expertos del sector.
Desde el inicio de 2024, las exportaciones de oro en Bolivia se han desplomado, un contraste alarmante frente al auge global del metal. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el primer semestre del 2023, las exportaciones de oro alcanzaron los 1.438,7 millones de dólares. En lo que va del 2024, esa cifra cayó drásticamente a 425,9 millones de dólares, lo que representa una diferencia de más de 1.000 millones de dólares en comparación al año anterior.
Además, el volumen exportado también ha disminuido considerablemente. Entre enero y junio de 2023, Bolivia exportó 29,8 toneladas de oro, mientras que en el mismo periodo de este año solo se exportaron 7,2 toneladas, lo que significa un descenso del 76%. Danilo Velasco, presidente de la Cámara Nacional de Exportadores (Caneb), alertó que esta caída implica una pérdida de ingresos para el Estado de aproximadamente 1.000 millones de dólares debido al “contrabando a la inversa”.
“Es un impacto negativo. Estamos hablando de 1.000 millones de dólares menos que estarían ingresando al país. Se deben tomar medidas de control porque el oro genera mayores regalías y mejores condiciones para nuestro país”, expresó Velasco.
El contrabando del oro ha sido identificado como una de las causas principales de esta caída. Según Alfredo Zaconeta, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), la incertidumbre económica y la falta de dólares en el país han incentivado la salida ilegal del oro hacia otros mercados, principalmente hacia Asia, donde los productores obtienen el pago en divisas fuertes.
Héctor Córdova, expresidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), sostiene que Bolivia está perdiendo anualmente alrededor de 3.000 millones de dólares en patrimonio debido a la venta ilegal del oro en el extranjero. “El oro se está yendo del país por la ausencia de controles y por la falta de divisas. En otros mercados, como Asia, los pagos se realizan en dólares, lo que está atrayendo a los productores”, señaló Córdova.
Por su parte, la Empresa Estatal de Producción y Comercialización de Oro (Epcoro) estima que el contrabando del oro es comparable al volumen exportado legalmente, calculando que cada año salen del país de manera ilegal alrededor de 50 toneladas del metal. Edwin Condori, gerente ejecutivo de Epcoro, afirmó que, aunque las cifras oficiales del 2023 indican que Bolivia exportó legalmente entre 46 y 48 toneladas de oro, no existen medios para calcular con precisión el volumen que se comercializa en el mercado negro.
El impacto de esta situación también afecta a las regiones productoras del país, que dependen de las regalías generadas por la exportación del oro. Juan Enrique Orozco, secretario de Comercialización y Exportación de la Federación de Cooperativas Mineras Auríferas del Norte de La Paz, señala que el contrabando está mermando los ingresos de las regiones productoras, además de las dificultades impuestas por el Banco Central de Bolivia para la venta del oro.