Tras una jornada de enfrentamientos entre seguidores de Evo Morales y partidarios del presidente Luis Arce en Ventilla, El Alto, el mandatario boliviano se dirigió públicamente al exmandatario la noche del domingo, rechazando cualquier posibilidad de renuncia y solicitándole aceptar el diálogo propuesto por la Defensoría del Pueblo.
En su mensaje, Arce fue enfático: “Evo, pido que rectifiques tu condicionamiento y aceptes la convocatoria del Defensor del Pueblo. Tus acciones de violencia no serán respondidas con renuncias ni huidas desesperadas”. Estas declaraciones marcan el segundo pronunciamiento del presidente hacia Morales en las últimas semanas, en un contexto de creciente tensión interna dentro del Movimiento Al Socialismo (MAS).
La solicitud de diálogo fue planteada horas después por el defensor del Pueblo, Pedro Calisaya, luego de que los enfrentamientos en Ventilla dejaran al menos ocho heridos, según el reporte oficial del Ministerio de Salud. La escalada de violencia en la zona ha preocupado a diversos sectores, llevando a Calisaya a instar a ambas facciones a resolver sus diferencias mediante el diálogo.
Sin embargo, el ala “evista” del MAS, a través de su equipo jurídico, puso tres condiciones para sentarse a dialogar: el retiro de la Policía del ingreso a El Alto, el cese de la movilización de funcionarios y el desarme de los “grupos de choque”. Para Arce, estas demandas son vistas como pretextos que buscan bloquear el diálogo y evitar la resolución del conflicto.
“Tu negativa a dialogar nos hace ver que solo te motiva una obsesión política electoral y una ambición personal de poder”, agregó el mandatario, quien estuvo acompañado por el vicepresidente David Choquehuanca durante su declaración. Arce reiteró su disposición a dialogar sin condiciones en las instalaciones de la Defensoría en La Paz, y advirtió que las movilizaciones lideradas por Morales solo fomentan la violencia y ponen en riesgo los avances alcanzados en reuniones con empresarios y productores.
Finalmente, el presidente subrayó que su Gobierno utilizará todos los mecanismos legales disponibles para evitar un derramamiento de sangre y garantizar la paz en el país. Las tensiones internas en el MAS y el impacto de los conflictos sociales continúan generando preocupación sobre la estabilidad política en Bolivia.