El ministro de Justicia, Iván Lima, lanzó una advertencia clara a Evo Morales tras la reanudación de la marcha liderada por el expresidente, que partió este miércoles desde Pandura. Lima aseguró que el Gobierno actuará “con la Constitución en la mano” y que Morales tendrá que afrontar las consecuencias de sus acciones.
“Morales ha ido muy lejos en su delirio y más temprano que tarde tendrá que enfrentar las consecuencias de sus tropelías”, expresó Lima a través de sus redes sociales, en respuesta a los enfrentamientos ocurridos el martes entre seguidores de Morales y sectores afines al presidente Luis Arce. El conflicto dejó un saldo de 13 heridos, según el reporte de la Defensoría del Pueblo, aunque el Ministerio de Salud elevó la cifra a más de 20 afectados.
El ministro también criticó duramente a Morales, señalando que el expresidente se comporta como si estuviera por encima de la ley. “El Gobierno, que no lo dude nadie, actuará con la Constitución en la mano y no permitirá que el pueblo sufra más dolor, más muerte y más luto por el trastorno de un sujeto que cree que está más allá de la Ley y que no tiene límites”, afirmó Lima, dejando en claro la postura oficial frente a la crisis interna en el Movimiento al Socialismo (MAS).
Por su parte, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, acusó a Morales de intentar desestabilizar el Gobierno y de tener aspiraciones golpistas. “El señor Evo Morales pasó de ser una víctima de un golpe de Estado a ser un golpista confeso que busca destruir la democracia y acabar con la vida de bolivianos para, a través de esos elementos, sentarse a la fuerza en la silla presidencial”, manifestó Del Castillo, en medio de un clima político cada vez más tenso dentro del oficialismo.
La marcha liderada por Morales ha sido objeto de críticas por parte de varias autoridades gubernamentales, quienes aseguran que la movilización no responde a demandas legítimas, sino a intereses personales del exmandatario, poniendo en riesgo la estabilidad del país.
El conflicto entre los seguidores de Morales y los sectores que apoyan al presidente Arce ha escalado en los últimos días, lo que genera preocupación sobre el impacto que pueda tener en la paz social y la estabilidad política de Bolivia.