La actual coyuntura político-social que atraviesan algunos países ha generado una ola de conflictos internos en el seno mismo de su sociedad, donde las personas desconocen las normas, leyes y actúa a su libre arbitrio, utilizando la violencia y el caos social, como medio para expresar, sus demandas insatisfechas, llegando en su actuar a cometer actos violentos, que a menudo derivan en destrucción y muertes.
En tal sentido, se habla de una anomia social, que se entiende como el incumplimiento de las normas, por la cual algunos individuos no pueden orientar con precisión su conducta, ingresando en un derrumbe de la estructura social e institucional, donde las pautas de comportamiento son negadas o, mejor dicho, no existen en virtud que ellos realizan su voluntad independientemente del costo que implique el proceso de socialización y politización en la que se encuentren.
Es decir, que simplemente no asimilan las reglas del juego social y actúan según su leal entender y saber, con un total incumplimiento a la Ley, es decir que existe una ruptura del Estado de Derecho, para dar lugar al Estado de Hecho.
La anomia social, permite al individuo ingresar en una anarquía, descontrol, caos y desorden tal, donde las sociedades más desarrolladas procuran reducirla al mínimo, en el entendido que suprimirla por completo sería imposible.
El Ser Anómico, no está integrado, sino que esta disociado con el sistema político y social, existiendo una lucha entre el poder estatal, versus el poder soberano del pueblo, que emana de su libre voluntad, utilizando para ello la protesta, como medio para generar y acentuar su propio interés, consolidando sus fines, desconociendo el principio de autoridad y generado su propia realidad.
Esta anomia social, se da también por una falta de condiciones de oportunidad y desproporcionalidad que existe entre los individuos de la sociedad, es decir que los mecanismos de coerción del Estado y de sanción punitiva de la Justicia desaparecen, por lo que algunos individuos desarrollan sus propios mecanismos de violencia, inclusive armada, recurriendo a agrupaciones cívicas encubiertas y movimientos subversivos violentos antiestatales.
En muchos países, especialmente en vías de desarrollo, existe una ruptura del Estado de Derecho, retornando inclusive a un Estado de Barbarie, donde algunos grupos y sectores de autodefensa armados se atribuyen el destino de un pueblo, llevándolo inclusive a una guerra civil y desestabilización institucional y política, nunca antes vista, por lo que se hace imprescindible realizar un análisis de los escenarios de coyuntura, bajo la premisa de minimizar la Teoría de Conflictos, maximizando la Teoría de la Racionalidad.