La producción de trigo en Bolivia ha sufrido una drástica reducción del 100% debido a la severa sequía que ha afectado al país este año, según informó Jaime Hernández, gerente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo). La crisis agrícola se agrava, obligando al país a depender aún más de las importaciones de grano y harina para satisfacer la demanda interna.
Hernández detalló que el rendimiento de trigo ha caído a niveles alarmantes, estimando una producción de solo 35.000 toneladas, comparadas con las 130.000 toneladas que se obtenían en años anteriores. “El país necesitará importar más para abastecer el mercado interno”, afirmó en una entrevista con Unitel.
A pesar de que la campaña de invierno en los cultivos de sorgo, maíz y girasol presenta un avance del 80%, los datos muestran una dramática caída en la productividad del trigo. Bolivia, que requiere más de 800.000 toneladas de este cereal para cubrir la demanda nacional, solo alcanzará a producir menos del 5% de esa cifra, lo que marca uno de los peores escenarios históricos en el sector triguero.
Ante esta situación, Hernández hizo un llamado al Gobierno para acelerar los procesos en agenda y evitar un posible desabastecimiento, en un contexto donde la sequía persiste y golpea a los productores.
En una reunión en Cuatro Cañadas, productores de las 15 provincias de Santa Cruz se reunieron para evaluar la situación. Genaro Carreño, productor agropecuario, expresó su preocupación: “Lo primero es la biotecnología, luego el diésel; ya no podemos aguantar con la semilla que producimos”. Por su parte, Luis Arce Arellano reclamó al presidente del estado, Luis Arce: “Los productores estamos mal, hace tres años que perdemos; la biotecnología tiene que ir adelante, quiera o no el Gobierno”.
La crisis del sector agrícola no solo pone en riesgo la seguridad alimentaria del país, sino que plantea desafíos urgentes en cuanto a tecnología y recursos para enfrentar los efectos del cambio climático.