Agencias.- Desde que retomaron el poder en Afganistán en 2021, los talibanes han implementado una serie de normativas destinadas a controlar cada aspecto de la vida cotidiana bajo la premisa de “eliminar el vicio”. La última de estas medidas, anunciada recientemente, marca un nuevo hito en las restricciones impuestas a las mujeres: la prohibición del sonido de sus voces en público. En un país donde las mujeres ya enfrentan severas limitaciones, esta nueva ley subraya el endurecimiento del control talibán sobre la expresión y la presencia femenina en la sociedad.
Según el artículo 13 de las nuevas normas, la voz de una mujer “se considera un atributo íntimo que no debe ser escuchado en público, prohibiendo que canten, reciten o lean en voz alta”. El vocero del régimen, Maulvi Abdul Ghafar Farooq, aseguró que la restricción “será de gran ayuda para la promoción de la virtud y la eliminación del vicio”.
Este conjunto de leyes, de 114 páginas y 35 artículos, reseñado por The Associated Press, es el primer documento formal que articula de manera detallada las restricciones sobre las mujeres desde que los talibanes retomaron el poder por la fuerza. Estas leyes no solo limitan la libertad de expresión femenina, sino que también legitiman la persecución y el castigo de aquellas que transgredan estas normativas.
Restricciones sobre la vestimenta femenina
El código de vestimenta impuesto por los talibanes también se ha endurecido con estas nuevas leyes. Es obligatorio que las mujeres cubran su cuerpo por completo en público, utilizando un velo que oculte también su rostro.
Además, la ropa debe ser lo suficientemente gruesa, suelta y larga para no delinear la figura femenina, evitando así cualquier posibilidad de “tentación”.
Estas normativas refuerzan la visión de los talibanes sobre el rol de la mujer en la sociedad, donde su presencia debe ser minimizada y controlada para alinearse con la estricta interpretación de la sharía que sostiene el régimen.
Prohibiciones adicionales para las mujeres
Las leyes, aprobadas el último miércoles por el líder supremo Hibatullah Akhundzada, establecen que las mujeres no deben mirar a hombres con los que no tengan un parentesco cercano, y viceversa. Además, se prohíbe que viajen solas, lo que limita aún más su movilidad y autonomía.
Estas restricciones son parte de un esfuerzo sistemático para reducir la visibilidad de las mujeres en la vida pública y relegarlas al ámbito privado, donde su comportamiento puede ser más fácilmente controlado por sus familiares varones y por el estado. La mezcla de hombres y mujeres que no están emparentados también está prohibida, lo que afecta tanto a la vida social como a las oportunidades laborales y educativas de las mujeres.