En una conmovedora escena en la Feria Internacional del Libro de La Paz, los estudiantes de primaria del Comedor Escolar Wisllita rompieron su alcancía para adquirir libros, siguiendo su lema: “Un comedor donde se lee, una biblioteca donde se come”. Este centro de apoyo socio-pedagógico, ubicado en Pampahasi Bajo, ha adoptado esta iniciativa desde hace 14 años, en memoria de Mercedes Valdivia, una de sus fundadoras fallecida en 2015.
Un proyecto que fomenta la lectura
La profesora Patricia Pérez explicó que esta acción busca que los niños y adolescentes de bajos recursos y familias disfuncionales puedan comprar libros en la feria, en lugar de solo observar. “El proyecto nace con la idea de que niños y adolescentes vengan a la Feria del Libro a comprar y no sólo a ver, como inicialmente se hacía”, comentó Pérez. El entusiasmo de los estudiantes por esta actividad ha crecido con el tiempo, al igual que sus ahorros, fruto de esfuerzos como la recolección y venta de botellas durante los fines de semana.
Un espacio de apoyo integral
El Comedor Escolar Wisllita atiende a 80 estudiantes, brindándoles apoyo educativo y alimentación de lunes a viernes, de febrero a noviembre. Además, cuenta con una biblioteca que alberga aproximadamente 800 libros, muchos de los cuales son donaciones de escritoras bolivianas destacadas como Liliana de la Quintana, Verónica Linares y Mariana Ruiz. Entre los libros preferidos de los niños se encuentran los de Isabel Mesa, especialmente “La pluma de Miguel” y “El revés del cuento”.
Próximas actividades en la FIL La Paz
La Feria Internacional del Libro de La Paz permanecerá abierta hasta el domingo 11 de agosto. Ese día, a las 10:30 en la planta alta del Bloque Rojo, los estudiantes de nivel secundario de Wisllita realizarán la misma emotiva actividad, demostrando una vez más que “cuando se quiere, no hay excusas para comprar libros y leerlos”.
Este evento subraya la importancia de fomentar el amor por la lectura desde temprana edad, y celebra la dedicación y el esfuerzo de estos jóvenes lectores que, con pequeños ahorros y grandes corazones, se abren paso en el mundo de los libros.