AP.- Las fuerzas rusas prosiguieron el lunes con su ofensiva militar en Ucrania, tratando de capturar la crucial ciudad portuaria de Mariúpol, en el sur del país, mientras Moscú celebraba su fiesta nacional del Día de la Victoria, con el presidente ruso Vladimir Putin tratando de justificar la invasión.
Decididas a demostrar el éxito de una invasión que ya está en su undécima semana, las tropas rusas intensificaron sus ataques contra una planta siderúrgica en la ciudad portuaria de Mariúpol, donde unos 2.000 combatientes ucranianos presentan su última resistencia.
La acería es la única parte de la ciudad que no ha sido conquistada por los invasores. Su derrota privaría a Ucrania de un puerto vital y permitiría a Rusia establecer un corredor terrestre hacia la península ucraniana de Crimea, de la que se apoderó en 2014.
El Estado Mayor del ejército ucraniano advirtió sobre una alta probabilidad de ataques con misiles y dijo que las tropas rusas estaban incautando “documentos personales de la población local sin una buena razón” en las zonas controladas por Rusia en Zaporiyia, la ciudad donde se han reunido muchos de los que huían de Mariúpol. Los militares alegaron que los soldados rusos estaban decomisando los documentos para obligar a los residentes a unirse a las conmemoraciones del Día de la Victoria.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, advirtió que el aniversario, que marca el triunfo de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi en 1945, podría venir acompañado de un nuevo ataque.
Sin embargo, los rusos “no tienen nada que celebrar”, sostuvo Linda Thomas-Greenfield, embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, en declaraciones a CNN. “No han logrado derrotar a los ucranianos”, afirmó.
“No han logrado dividir el mundo ni dividir a la OTAN. Solamente han logrado aislarse internacionalmente y convertirse en un estado paria en todo el mundo”, añadió.
Hablando el lunes durante el desfile militar que celebró el feriado ruso, Putin trató de justificar la invasión al afirmar que era necesaria para evitar lo que describió como “una amenaza absolutamente inaceptable, justo al lado de nuestras fronteras”. Putin ha insistido repetidamente que Ucrania planeaba atacar a Rusia, lo que Kiev ha negado rotundamente.
“El peligro aumentaba día a día”, afirmó, por lo que “Rusia rechazó preventivamente una agresión”, agregó.
Putin fustigó nuevamente a Occidente por no prestar atención a las demandas rusas de garantías de seguridad y de que se revirtiera la percibida expansión de la OTAN, argumentando que no dejó otra opción a Moscú que invadir.
El presidente ruso no dio, al menos hasta ahora, ninguna señal sobre la siguiente fase de la invasión ni reclamó la captura completa de Mariúpol, que sus fuerzas han cañoneado y sitiado durante semanas.
Los combatientes ucranianos en la planta siderúrgica de la ciudad portuaria han rechazado los plazos establecidos por Rusia para deponer las armas, incluso mientras continúan los ataques de aviones de combate, artillería y tanques.
“Estamos bajo ataques constantes”, aseguró el capitán Sviatoslav Palamar, subcomandante del Regimiento Azov de Ucrania, una unidad que controla la acería.
El teniente Illya Samoilenko, otro miembro del Regimiento Azov, dijo que había unos 200 soldados heridos en la planta. Se negó a decir cuántos combatientes sanos quedaban. Los combatientes carecen de equipos de salvamento y tienen que cavar a mano para liberar a las personas de los búnkeres que se derrumbaron bajo los cañoneos.
Gambrell reportó desde Leópolis, Ucrania. Yesica Fisch en Bajmut, David Keyton en Kiev, Yuras Karmanau en Leópolis, Mstyslav Chernov en Járkiv y periodistas de The Associated Press en todo el mundo contribuyeron para este despacho