En un partido lleno de emociones en el Frankfurt Arena, Alemania y Suiza se enfrentaron en un duelo que definía la cima del Grupo A. Con el boleto a los octavos de final ya asegurado, los alemanes, dirigidos por Julian Nagelsmann, saltaron al campo con su once de gala, mientras que los suizos, con la esperanza de arrebatarle el primer lugar al anfitrión, buscaban al menos un empate para consolidarse como escoltas.
Desde los primeros instantes del encuentro, el equipo germano mostró su ambición. Apenas a los dos minutos, Ilkay Gündogan habilitó a Jamal Musiala, quien estuvo cerca de abrir el marcador. Las pelotas detenidas ejecutadas por Toni Kroos y las intervenciones de Kai Havertz mantenían en alerta al arquero suizo Yann Sommer.
La primera gran polémica del partido llegó cuando Robert Andrich sorprendió a Sommer con un potente remate de media distancia que terminó en gol. Sin embargo, el VAR sugirió al árbitro Daniele Orsato revisar la jugada por una posible falta de Musiala sobre Michel Aebischer. Tras la revisión, el gol fue anulado, lo que desató el festejo del conjunto dirigido por Murat Yakin, como si se tratara de una anotación propia.
El partido dio un giro inesperado cuando Breel Embolo, Fabian Rieder y Granit Xhaka hilvanaron una jugada perfecta que culminó con un potente disparo de Dan Ndoye. El balón rozó la punta del botín de Antonio Rüdiger, habilitando al delantero suizo para que batiera a Manuel Neuer y pusiera el 1-0 en el marcador, reviviendo así los fantasmas de la pasada Eurocopa, donde Suiza eliminó a Francia en los octavos de final.
Alemania, obligada a buscar el empate, tuvo múltiples oportunidades en el segundo tiempo. Una de las más claras fue una contra perfecta que dejó a Ruben Vargas frente a Neuer, pero el suizo falló en la definición y se encontraba en fuera de juego.
Cuando todo parecía indicar que Suiza se llevaría la victoria, Niclas Füllkrug, quien había ingresado por Andrich, apareció en el segundo minuto de tiempo añadido. Utilizando su altura, ganó en el área y de un certero cabezazo marcó el empate definitivo. El 1-1 final dejó a Alemania como líder del grupo, mientras que Suiza, aunque con un sabor amargo por el empate en los últimos instantes, logró avanzar a la siguiente fase como escolta.
Este empate no solo consolidó a Alemania en la cima del Grupo A, sino que también demostró la fortaleza y resiliencia de un equipo suizo que, pese a las adversidades, sigue soñando con hacer historia en el torneo continental.