Un grupo de trabajadores gremiales de distintos departamentos de Bolivia inició, después de 11:30, la marcha desde la localidad de Patacamaya y espera arribar a la ciudad de La Paz el lunes de la próxima semana para exigir al Gobierno nacional la atención de sus demandas.
“Den solución a la escasez de dólares, a la escasez de combustibles (…) Señor presidente, dele solución y escuche a este noble sector, que es la tercera vez que estamos marchando hasta la ciudad de La Paz”, señaló el secretario ejecutivo de la Confederación Sindical de Trabajadores Gremiales, Comerciantes Minoristas Vivanderos Artesanos y Trabajadores por Cuenta Propia, Cesar Gonzales, durante el inicio de la marcha.
Los manifestantes exigen la renuncia de Mario Cazón, presidente del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), y Karina Serrudo, presidenta de la Aduana Nacional.
El panorama se complica con el anuncio del transporte pesado de llevar a cabo un bloqueo nacional de carreteras y cierre de fronteras si el Gobierno no atiende sus demandas. Este ultimátum coincide con la llegada de los marchistas a La Paz, intensificando la presión sobre el Ejecutivo.
Masiva movilización
Los dirigentes gremiales estiman que unos 2.000 marchistas se unirán a la protesta, aunque no descartan la posibilidad de que más personas se sumen a la movilización. La caminata cubrirá más de 100 kilómetros a lo largo de la semana, evidenciando la determinación de los sectores movilizados.
Además de las renuncias solicitadas, el pliego de peticiones incluye la abrogación del Decreto Supremo 4732 sobre contratos de preventa de inmuebles y quejas por los controles aduaneros y la facturación electrónica. También exigen el retiro definitivo del proyecto de ley 399 2023/2024, relacionado con la lucha contra la legitimación de ganancias ilícitas, y del proyecto de ley 145/23, que permitiría la intervención de ferias y mercados en operativos contra el contrabando. Aunque esta última norma, presentada por el senador del MAS Félix Ajpi, ya no está en la mesa del Legislativo, sigue siendo un punto de controversia para los manifestantes.
Expectativa y tensión
La llegada de los manifestantes a La Paz promete aumentar la tensión en una ciudad ya acostumbrada a las movilizaciones sociales. Las autoridades y la población observan con preocupación el desarrollo de los acontecimientos, conscientes de la importancia de encontrar una solución que evite la escalada del conflicto.
Mientras tanto, el Gobierno enfrenta la creciente presión para responder a las demandas de estos sectores clave, en un escenario donde la negociación y el diálogo parecen ser las únicas vías para evitar una crisis mayor.