Invertir y habitar en una vivienda verde y ecológica se destacan por tener el hormigón visto de madera, brindar contacto con la vegetación, contar con muchas entradas de luz y con una arquitectura “desnuda” que inciden en el estado de ánimo, en la estabilidad emocional y la productividad de quienes se atreven a optar por vivir en lugares así.
Lo verde y ecológico se ha convertido en el nuevo lujo en las construcciones. Habitar un espacio que ha sido construido con materiales nobles, que valora desde su diseño la interacción con las plantas, que toma en cuenta la luz, el ahorro de energía, el agua y el viento, se convierten en una importante ventaja que le brindan a su propietario una conexión natural con la vida.
Gustavo Pereyra, arquitecto con más de 20 años de experiencia en el sector y actual Gerente General de The Landmark Group (TLG) aseveró que, habitar un espacio que fue construido con materiales nobles como el hormigón y la madera, que tiene contacto con la vegetación, que cuenta con importantes entradas de luz y de viento y posee una arquitectura “desnuda” beneficia -o afecta, según el caso- el estado de ánimo, el rendimiento y la estabilidad de una persona.
“Estos espacios verdes y ecológicos destacan por tener un alma de casa porque además de duraderos, reducen su impacto en la huella ambiental y generan bienestar entre sus habitantes e incluso influyen directamente en la productividad”, expresa el especialista.
Pereyra recordó que TLG ha desarrollado el proyecto habitacional Solgard que propone un diseño inspirado en los bosques verticales que se integran en un entorno urbano, con un destaque de materiales y colores maderables, amplia entrada de luz, control acústico entre losas y un sistema de generación de energía sostenible. El proyecto está ubicado frente al country Club las Palmas, en Santa Cruz.
Pero, ¿Cómo estos proyectos eco amigables, pueden además beneficiar en la calidad de vida de las personas? Pereyra indica cuatro importantes factores para tener en cuenta:
1. Reducción del estrés financiero:
Las residencias que son desarrolladas con materiales amigables con el medioambiente, con amplias entradas de luz y de aire y en contacto con la naturaleza generan una mayor durabilidad y permiten un menor consumo de energía eléctrica, de agua e, incluso de esfuerzo físico. Esto se traduce en una menor ansiedad por la depreciación del inmueble y por el elevado costo de mantenimiento, entre otros.
2. Calidad de vida en conexión con la naturaleza:
Las personas que conviven diariamente en contacto con la naturaleza tienen un principio de respeto por la vida, de responsabilidad para cuidar cada especie y de equilibrio emocional en sus actividades diarias. Así también, al ofrecer colores naturales del día, los habitantes pueden reducir el estrés por los cambios de ambiente y de temperatura que, a medida que avanzan las semanas, se traducen en una mejor calidad de vida. Estas viviendas, además utilizan materiales no tóxicos y sistemas de ventilación eficientes. El aire interior es más limpio y saludable, lo que influye positivamente en nuestra mente y concentración
3. Ambientes saludables con menor cantidad de ruido
El hecho de no usar materiales tóxicos que puedan perjudicar de alguna manera el equilibrio del cuerpo; hace que las viviendas ecológicas sean más saludables que las convencionales. Los materiales de construcción ecológicos suelen tener propiedades de aislamiento acústico. Vivir en un entorno más silencioso contribuye a la tranquilidad mental y al descanso adecuado.
4. Ahorro económico y confort garantizado
Adquirir y habitar una vivienda ecológica reducen los costos a largo plazo a pesar de que en un inicio la inversión sea un factor importante. Estudios económicos determinan que la inversión inicial se recupera y a partir de entonces, el ahorro es muy notable. El ahorro que supone un edificio que funciona con menor energía, y que necesita de menor mantenimiento, servirá para amortizar el gasto en hacer el edificio sustentable. Para el propietario de un edificio verde los beneficios empresariales vendrán principalmente de las rentas más altas, con mejores tasas de ocupación y de alquiler, a un menor riesgo.