Infobae.- El principal opositor a Vladimir Putin, aguerrido luchador contra la corrupción de las élites rusas, Alexei Navalny, murió este viernes de manera repentina en la prisión ártica en la que se encontraba desde diciembre pasado.
“Se le practicaron los necesarios procedimientos de reanimación, que no dieron ningún resultado. Los médicos de urgencias constataron la muerte del condenado. Se están estableciendo las causas del fallecimiento”, señaló el comunicado oficial sobre el deceso de Navalny, de 47 años; al tiempo que acotó: “El 16 de febrero de 2024, en el centro penitenciario N°3, el prisionero Navalny A.A. se sintió mal después de un paseo”.
En tanto, el Kremlin dijo que no tiene información sobre las causas de la muerte de Navalny. Así lo anunció el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, minutos después de conocerse la noticia.
“Los médicos tienen que aclararlo”, expresó el vocero, citado por la agencia TASS, después de que los servicios penitenciarios confirmaran la muerte del político. También sostuvo que el presidente, Vladimir Putin, ya “fue informado”.
Quién era Navalny
El líder opositor 47 de años, estaba preso desde 2021 por enfrentarse contra el régimen del Kremlin, quien lo condenó a una pena de 19 años.
Navalny estudió Derecho en la Universidad Estatal de Moscú, donde se graduó en 1998. Posteriormente, obtuvo un título de posgrado en Finanzas y Valores en la misma universidad. Durante sus años de estudiante, participó activamente en movimientos estudiantiles y fue miembro del partido político liberal Yabloko.
Después de trabajar como abogado durante algunos años, Navalny se convirtió en un destacado bloguero y activista anticorrupción. Fundó el Proyecto Anticorrupción, una organización que investiga y expone casos de corrupción en Rusia, y su blog se convirtió en una plataforma influyente para denunciar la corrupción dentro del gobierno ruso.
En 2011, Navalny emergió como líder de las protestas antigubernamentales que surgieron en Rusia tras las elecciones parlamentarias, las cuales fueron ampliamente consideradas como fraudulentas. Su llamado para luchar contra la corrupción y el autoritarismo del gobierno de Putin resonó entre muchos rusos, especialmente entre la juventud.
A lo largo de los años, Navalny enfrentó numerosos arrestos y juicios políticamente motivados. En 2013, fue condenado a cinco años de prisión por malversación de fondos, un cargo que él y sus partidarios consideraron políticamente motivado. Sin embargo, su sentencia fue suspendida después de que miles de personas protestaran en las calles de Moscú.
En 2020, Navalny sobrevivió a un envenenamiento con el agente nervioso Novichok, un incidente que según él fue orquestado por agentes del gobierno ruso. Tras su recuperación en Alemania, regresó a Rusia y fue arrestado de inmediato. Su detención provocó protestas masivas en todo el país y una condena internacional.
A pesar de la persecución y los intentos de silenciarlo, Navalny continuó siendo una figura influyente en la política rusa y un símbolo de la resistencia contra el gobierno de Putin. Su valentía y determinación lo convirtió en un ícono de la lucha por la democracia y los derechos humanos en Rusia.
Laboratorios europeos concluyeron que el principal opositor ruso fue víctima de una sustancia neurotóxica del grupo de Novichok, creada en la era soviética para fines militares.
Tras sobrevivir a este presunto intento de asesinato, Navalny tardó en contraatacar. A mediados de diciembre difundió una conversación telefónica en la que desenmascara a uno de los agentes de los servicios de seguridad rusa (FSB) para que admitiera que quisieron envenenarlo.
Para el opositor, el envenenamiento fue orquestado bajo la orden directa del presidente Vladimir Putin, su enemigo jurado, que no pronuncia nunca su nombre. El mandatario rechaza todas las acusaciones.