Varias explosiones atribuidas a misiles golpearon el lunes por la mañana la ciudad occidental de Leópolis, en Ucrania, según testigos, mientras el país se preparaba para una gran ofensiva rusa en el este. Al menos siete personas murieron en la ciudad, que se había librado de la mayor parte de la violencia en los casi dos meses de guerra.
Mientras tanto, el primer ministro ucraniano Denys Shmyhal, prometió pelear “absolutamente hasta el final” en la estratégica Mariúpol. Los últimos defensores de la derruida ciudad portuaria se refugiaban en una enorme planta siderúrgica cruzada por túneles.
Negras y densas columnas de humo se alzaban sobre Leópolis después de varias explosiones atribuidas a misiles, que fueron presenciadas por personal de The Associated Press. Aunque Leópolis y el resto de Ucrania occidental no han sido inmunes a la violencia, se han visto menos afectadas por los combates que otras partes del país, y la ciudad estaba considerada como un refugio relativamente seguro.
Cuatro misiles rusos dejaron seis muertos y ocho heridos, incluido un niño, en la ciudad occidental ucraniana de Leópolis, según el gobernador de la región, Maksym Kozytskyy.
El alcalde de Leópolis, Andriy Sadovyi, dio una cifra de seis muertos y 11 heridos, incluido un niño.
Analistas militares dicen que Rusia ha aumentado sus ataques a fábricas de armas y otros objetivos de infraestructura en Ucrania para reducir la capacidad del país de resistir a una gran ofensiva por tierra en el Donbás, el corazón industrial en el este del país.
Mientras misiles y cohetes golpeaban varios puntos del país, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, acusó a los soldados rusos de torturas y secuestros en las zonas que controlan.
La caída de Mariúpol, que ha quedado reducida a escombros tras siete semanas de asedio, daría a Moscú su mayor victoria en la guerra. Pero unos pocos miles de combatientes, según las estimaciones rusas, resistían en la planta metalúrgica de Azovstal, un complejo de 11 kilómetros cuadrados (4 millas cuadradas).