Shio Herrera Boutet, de 33 años de edad, oriundo de La Paz, es técnico superior en Turismo, a la edad de 26 años decidió emprender un viaje al continente asiático en busca de una mejor vida. Vive hace siete años en Japón y está casado con una japonesa.
Al igual que muchos bolivianos que residen en el exterior, salió del país en busca de mejores oportunidades y superación, actualmente se dedica a la venta de artesanías y tejidos que llevó de Bolivia para exponerlos en Japón.
Shio contó a Enfoque News que en la ciudad de La Paz tenía una tienda de artesanías, pero por su viaje decidió cerrarla y llevar toda su mercadería a Japón para ofrecerla a los latinos y a los japoneses.
“Esta iniciativa significó una inversión de 800 dólares para llevar la mercadería que tenía en Bolivia, vendía en una tienda en la (calle) Sagárnaga y otra en la Linares, traspasé esa tienda”, contó.
Fue duro el inicio en Japón puesto que no conocía a nadie y tampoco sabía el idioma, empezó trabajando en un Game Center y ahí fue aprendiendo poco a poco el japonés, su esposa también le apoyó, así como algunos vecinos.
Cuando llegó por primera vez en 2017 no tuvo apoyo de ninguna persona o institución; sin embargo, cuando volvió a Japón en 2020 recién averiguó sobre los bolivianos que vivían en ese país.
“No era muy fácil, para mí ha sido muy difícil, sobre todo por el idioma que dificultó mi comunicación con la gente. No puedes tener un trabajo mejor pagado por el tema del idioma”, aseveró.
También afirmó que en Japón no es rentable tener un negocio, porque no hay mucha venta, la mercadería no se mueve y muchas veces le tocó regalar sus productos a algún amigo.
“Hay días que se vende y otros no, solo 30% de la mercadería que he traído (desde Bolivia) la he vendido, unos cinco o seis artículos lo he debido regalar”, dijo a los micrófonos de Enfoque News.
Al igual que millones de personas, nuestro entrevistado se vio afectado por la pandemia, antes participaba al menos una vez al mes en las ferias para ofertar sus productos y ahora solo hay una o dos veces al año estas exposiciones.
“Antes costaba 1.500 yenes (unos 235 dólares) para entrar a un mercado, pero ahora ha subido, ahora debe estar 3.000 o 4.000 yenes, más o menos 4.300 bolivianos”, mencionó.
Entre los productos que ofrece están bolsas de lana de alpaca y llama, shorts, cojines, billeteras hechas a mano y otros. Los precios oscilan entre 200 y 3.000 yenes.
Nuestro entrevistado afirmó que solo los japoneses lo apoyaron con el idioma y con la venta, pero no así los latinos y bolivianos, tampoco las autoridades de la embajada de Bolivia en Japón.
Su pasaporte ya venció en febrero de este año; sin embargo, Shio presentó una carta en 2021, se apersonó a la embajada de Bolivia con todos sus documentos y a la fecha no le han dado una respuesta, solo le indicaron que por la pandemia se están demorando los trámites.
Piensa volver a Bolivia, comprar una casa y vivir en ella con su esposa. “En Japón es un poco difícil vivir porque hay muchos temblores y el último (sismo) nos afectó un poco, ya que en algunas ciudades se cortó la luz”, comentó.