AFP.- La cumbre en París para impulsar un nuevo paradigma financiero internacional comenzó este jueves con un llamado a que los países en desarrollo no se vean obligados a escoger entre financiar la lucha contra la pobreza o el cambio climático.
“Ningún país debe tener que escoger entre reducir la pobreza” y proteger el planeta, aseguró el presidente francés, Emmanuel Macron, al inaugurar la cumbre, abogando por un “choque de financiación pública” y más inversiones privadas.
Unos cuarenta mandatarios, entre ellos el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el colombiano Gustavo Petro y el cubano Miguel Díaz-Canel, y líderes de organizaciones internacionales debatirán durante dos días cómo sostener a los países más vulnerables ante ese doble desafío.
El objetivo del evento es revisar la arquitectura financiera internacional que nació con los acuerdos de Bretton Woods en 1944, cuando la prioridad era reconstruir Europa, para adaptarla ahora a los retos del siglo XXI, como el cambio climático.
La idea, planteada a finales de 2022 en la cumbre del clima COP27 en Egipto por la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, parece que tomó fuerza.
En ella insistió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, destacando en la apertura de la cumbre que es necesario “un nuevo Bretton Woods”, que dependerá eso sí de “la voluntad política” y no se materializará “de la noche a la mañana”.
Los países en desarrollo consideran difícil acceder a la financiación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), que necesitan para enfrentar olas de calor, sequías e inundaciones, así como para salir de la pobreza.
La joven activista ugandesa Vanessa Nakate urgió así ante los líderes congregados en la antigua sede de la Bolsa de París, el céntrico palacio Brongniart, a observar un minuto de silencio por quienes “ya sufren hambre, que fueron desplazados, que abandonaron la escuela”.
Además de Guterres, Estados Unidos envió a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y China, al primer ministro, Li Qiang. La titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la vicepresidente del gobierno español, Nadia Calviño, también deben participar.
“Hoja de ruta”
El objetivo se anuncia ambicioso: crear músculo financiero para combatir tres crisis interconectadas, como son la lucha contra la pobreza, la descarbonización de la economía y la protección de la biodiversidad, según Macron.
Aunque la cumbre aspira a trazar una “hoja de ruta” de cara a otras citas internacionales, sobre la mesa ya hay ideas como ampliar la capacidad de préstamo del FMI y de los bancos regionales de desarrollo y aliviar la deuda de los países más vulnerables.
Francia quiere dar “impulso político” a la idea de una tasa mundial a las emisiones de carbono del comercio marítimo, a pocos días de una importante reunión de la Organización Marítima Internacional (OMI), y que, según los expertos, podría aportar 20.000 millones de dólares por año.
Entre la “caja de herramientas” de soluciones posibles también figura la idea de reciclar 100.000 millones de dólares de derechos especiales de giro, la moneda de reserva del FMI.
La secretaria del Tesoro estadounidense indicó en rueda de prensa que Washington ejercerá “presión” en París para que los acreedores de los países pobres y en desarrollo puedan participar en las negociaciones para reestructurar sus deudas.
Concierto por el planeta
La cita llega en un contexto de desconfianza de los países en desarrollo, que critican a las naciones ricas por decir que no tienen dinero para ayudar a luchar contra el cambio climático y la pobreza, pero apoyan a Ucrania o reflotan bancos norteamericanos.
Las necesidades son inmensas. Un grupo de expertos independientes creado por iniciativa de la ONU estimó que para 2030 los países en desarrollo, excluyendo a China, deberán estar invirtiendo más de dos billones de dólares anuales para responder a la crisis climática.
La presión de la sociedad civil también se sentirá en París, donde jóvenes activistas ecologistas, como la sueca Greta Thunberg y la ecuatoriana Helena Gualinga, debatirán en la tarde sobre el “poder del activismo” en el céntrico Teatro de Chatelet.
Y en la noche los músicos Billie Eilish, Lenny Kravitz y Jon Batiste darán un concierto por el planeta a los pies de la Torre Eiffel, titulado “Power our Planet” (Alimenta nuestro planeta), evento en el que también tomarán la palabra Lula y Thunberg.
Desde Roma, donde ofreció una rueda de prensa este jueves antes de viajar a París, Lula dio el tono afirmando que “los países desarrollados que deforestaron sus bosques (…) y tienen una deuda histórica” deben ahora “ayudar” financieramente a América Latina y África, “que necesitan mucho las inversiones y los incentivos”.