RT.- El Supremo de Brasil retoma este miércoles un juicio decisivo para el futuro de centenares de tierras indígenas en proceso de demarcación, muchas de las cuales están en la selva amazónica.
El caso, que corre en paralelo a un proyecto de ley similar en trámite en el Congreso, desata las alarmas entre los pueblos ancestrales, los ambientalistas y los defensores de los derechos humanos.
Porque lo que deben votar los jueces es si es válido el criterio del “marco temporal”, según el cual solo pueden ser demarcadas las tierras cuyos habitantes demuestren que estaban ahí antes del 5 de octubre de 1988, día en que se promulgó la Constitución.
Eso, en la práctica, significa que los pueblos que no prueben o no puedan demostrar que ocupan sus tierras desde antes de esa fecha pueden ser expulsados.
Acampada en Brasilia
En concreto, el STF juzga el caso del territorio Ibirama-Laklano, en el estado de Santa Catarina (sur), que en 2009 perdió su estatus de reserva después de que una instancia inferior acogiera el argumento de que los grupos no estaban viviendo allí en 1988.
Pero su veredicto tendrá lo que en Brasil llaman “repercusión general” y podría afectar a muchas otras tierras en disputa, que son unas 250 de las 750 reservas reconocidas o no que existen.
La expectación que genera este tema es tal que desde lunes empezaron a llegar indígenas de todos los rincones del país para integrarse en una acampada de protesta contra el “marco temporal” en Brasilia, con marchas y actos callejeros por “el derecho ancestral” y el “fin del genocidio”.
El eterno conflicto de tierras
Todo es parte del eterno conflicto por tierras en Brasil. Los indígenas afirman que la Constitución les reconoce sus derechos sobre sus tierras ancestrales, sin prever ningún “marco temporal”.
Y sostienen que en muchos periodos fueron desplazados de sus territorios, especialmente durante la dictadura militar (1964-1985), así que en muchos casos les sería imposible determinar su presencia en 1988.