En siete operativos, personal de la Aduana Nacional comisó 59 toneladas de semillas sin certificación, de las cuales, 20 son de girasol, 30 soya y el resto (nueve) son granos de pasto que fueron interceptados en la localidad de Basilio, carretera Abapó y la ciudad de Santa Cruz. Esta mercancía fue valorada en medio millón de bolivianos, aproximadamente, y provenía de la frontera con Argentina, informó el gerente regional de la entidad, José Luis Mollinedo.
El Grupo de Reacción Inmediata Aduanero (GRIA) y los técnicos del Punto de Inspección Aduanero (PIA) desarrollaron las siete intervenciones del 10 al 23 de abril. Realizaron el allanamiento a una vivienda y detectar cinco vehículos (tres camiones, dos camionetas) llenos de mercancía sin documentación que avale su legal importación, ni certificaciones emitidas por el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf) o el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag).
“Para este tipo de mercancías la certificación del Iniaf o Senasag son un requisito importante, porque significan que las semillas son aptas y se encuentran libres de plagas”, manifestó Mollinedo, al momento de relatar que el primer camión intento pasar por el PIA Abapó (carretera que une a Santa Cruz con Tarija) con 200 bolsas de semillas de girasol; sin embargo, personal Aduanero y del Iniaf evidenciaron la falta de requisitos.
Tres días después, un camión Volvo con 396 sacos de semillas de pasto ilegal (utilizadas para agricultura y ganadería) fue hallado en el octavo anillo y doble vía La Guardia, cuando el conductor intentaba desviar el motorizado al percatarse de la presencia de técnicos del GRIA, finalmente reconoció el ilícito.
Asimismo, dos camionetas con 548 bolsas de semillas de girasol fueron interceptados en la localidad de Basilio, ambas levantaron sospechas porque venían cubiertas con carpas y cuando el personal aduanero pidió hacer la inspección los conductores intentaron darse a la fuga. El último camión fue interceptado en la carretera Abapó, gracias a una denuncia anónima.