Agencias.- Es, sin duda, la estación del año en la que menos atención le prestamos. Y, aunque nuestro pedacito de naturaleza está dormido, lo cierto es que sigue necesitando de nosotros. Un buen motivo para conocer los cuidados del jardín en invierno imprescindibles para que, con la llegada del buen tiempo, pueda lucir plenamente. Y es que cómo preparar el jardín para la primavera pasa, en gran medida, por prestarle la atención que merece en los meses de frío.
Cuidar del jardín en invierno no pasa, únicamente, por plantar aquellas plantas de exterior, bulbos o árboles de plantación invernal. Además de eso, es fundamental realizar en él labores mínimas de mantenimiento que no solo persiguen cuidarlo. Añadido, evitarán uno de los quebraderos de cabeza de cualquier amante de la jardinería: las enfermedades.
Así que veamos en detalle siete tareas que tendemos que realizar en pleno invierno. Siete labores sencillas que harán que, con la vuelta del buen tiempo, disfrutemos plenamente del jardín.
Con la llegada del frío, la mayoría de las plantas entran en un estado de reposo vegetativo. Un parón natural e imprescindible que les permite mantenerse vivas, ahorrando nutrientes y energía, ante un clima que no favorece el crecimiento. Pero esta pausa vegetal no significa que nos olvidemos de ellas por completo. No solo necesitarán que sigamos regándolas, aunque en una cantidad infinitamente menor a la de otras épocas del año. También demandarán ciertos cuidados fundamentales para poder despertar del letargo con la llegada del buen tiempo.
Cuidados del jardín en invierno
Y sí: es cierto que, aunque tengamos claro que los cuidados del jardín en invierno son imprescindibles, el frío no invita demasiado a salir al jardín. Pero nada como sacudirse la pereza y aprovechar las horas centrales del día para llevarlas a cabo. Y no solo porque sea el momento más beneficioso para nosotros. Añadido, también lo será para tus plantas ya que es precisamente ese momento del día el ideal para regar.
1. Eliminar las plantas estropeadas, clave para evitar infecciones
Con la llegada del frío, son muchas las plantas que se secan o se pudren. Y, aunque pensemos que no pasa nada por dejarlas ahí, nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que una planta en mal estado es un foco de infecciones y hongos, por lo que eliminarlas debe ser una tarea prioritaria.
La cosa no consiste, únicamente, en eliminar la planta del lugar en el que esté. También es recomendable sanear el sustrato en el que estaba plantada y el que lo rodea. Una manera de eliminar de nuestra ecuación cualquier posible foco de infección.
2. Pasar revista a las malas hierbas, uno de los cuidados del jardín en invierno más importantes
Aunque nuestras plantas de exterior y árboles estén en un reposo vegetativo forzado, hay algunas que siguen prosperando a pesar de todo. Nos referimos a las hierbas adventicias: esas que crecen entre las nuestras en cualquier época del año y que, lejos de ser únicamente poco estéticas, también pueden ser nocivas para nuestra naturaleza.
Eliminar las malas hierbas del jardín es crucial. Su presencia no solo roba nutrientes a nuestras plantas: también sirve de amparo para la presencia de plagas y hongos. Por eso y aunque haga frío, tendremos que dedicar tiempo a arrancarlas y eliminarlas a conciencia.
3. Proteger las plantas y sus raíces, fundamental para ahorrarnos disgustos
Es más que probable que, con la llegada del invierno, nos planteáramos cómo proteger el jardín del frío. Sin embargo, hay que tener claro que esas medidas que tomamos en su momento están sujetas a la meteorología y, por tanto, pueden haber dejado de cumplir con su función protectora.
Hasta bien entrada la primavera, es importante revisar si nuestras plantas y sus raíces están bien protegidas. Es más: aunque no lo hiciéramos en noviembre, ahora todavía es buen momento para hacer un mulching y evitar, gracias a él, que las heladas tardías del invierno pasen factura a nuestras plantas.
4. Enriquecer el suelo, una apuesta por mejorar la primavera
Uno de los cuidados del jardín en invierno fundamentales que tendremos que relegar para el final de la estación. El frío, las heladas y la nieve tienden a compactar el terreno. Algo que no solo impide en gran medida el correcto crecimiento de las plantas sino que, además, suele provocar el empobrecimiento de los nutrientes del suelo.
Por esa razón, es importante aplicar un abono orgánico al suelo, como el compost o el humus de lombriz, antes de la llegada de la primavera. Gracias a él, no solo enriqueceremos el sustrato: también mejoraremos la aireación; y despertaremos a toda la fauna microbiana que vive en el terreno y que es clave para la generación de nutrientes. Para que nuestro abonado de fondo consiga su objetivo, lo ideal es remover la tierra y mezclarla con el fertilizante. Y sumamente importante: llevar a cabo esta labor lejos de las raíces para evitar dañarlas.
Además de este detalle, es fundamental saber cómo usar humus de lombriz correctamente. Algo de suma importancia ya que, si nos excedemos con la cantidad recomendada, corremos el riesgo de quemar nuestras plantas.
5. Revisar la instalación de riego
Una tarea de la que no solemos acordarnos hasta que las temperaturas suben. Un momento que exige tener nuestro sistema de riego a pleno rendimiento, y que puede complicarnos un poco atender correctamente a nuestras plantas. Por eso, ver si nuestra instalación de riego ha sufrido algún desperfecto como consecuencia de las bajas temperaturas y la inactividad debe formar parte de la lista de cuidados del jardín en invierno.
El momento ideal es cuando las temperaturas diurnas comiencen a subir y siempre en ausencia de lluvias. Será entonces cuando podremos probar si los aspersores o el riego por goteo que tengamos instalado funcionan con normalidad. Probarlo ahora nos permitirá detectar si alguna de las mangueras o de los aspersores se ha estropeado, y poder reponerlo con tiempo. ¿Y si solo tenemos manguera en nuestro jardín? También tendremos que revisarla. Independientemente de a cuál de los distintos tipos de manguera de jardín corresponda la nuestra, es importante comprobar que no se ha estropeado con el frío.
Y es más: si tenemos en mente instalar algún sistema de riego, el final del invierno es el momento ideal. Tendremos tiempo de tenerlo terminado antes de que empiece a hacer calor en condiciones.
6. Sanear el césped, sinónimo de evitar plagas
Es uno de los grandes olvidados de los meses de frío. Aunque lo ideal es que nos centremos en los cuidados del césped en febrero, lo cierto es que todavía en pleno invierno podemos cuidar de él.
Aunque mientras persistan las lluvias y las heladas no es momento de segar, sí que hay ciertas labores que podemos llevar a cabo ahora. El más importante: retirar las hojas muertas o cualquier otra materia orgánica que haya caído sobre el césped. Su presencia sobre nuestra hierba puede provocar la aparición de hongos.
7. Hacer la puesta a punto de nuestras herramientas de jardín
Con ellas sucede, en gran medida, como con el riego: que solo nos acordamos de hacerles el mantenimiento que necesitan cuando vamos a utilizarlas. Anticiparse puede ser interesante por muchas razones. Una que es puramente práctica: estos meses de inactividad nos dan cuartelillo para hacer limpieza y ver si ha llegado el momento de cambiar nuestras herramientas básicas de jardinería.
Pero no es el único motivo para prestarles atención como parte de los cuidados del jardín en invierno. A la vuelta de primavera, será momento de usar también las herramientas de poda. Unas que, después de la inactividad y la humedad propia del invierno, pueden necesitar tanto ser afiladas como limpiadas en profundidad de cualquier presencia de óxido.