EFE.- La tragedia ocasionada por las fuertes lluvias en la región metropolitana de la ciudad brasileña de Recife, con 91 muertos y 26 personas desaparecidas hasta el momento, moviliza las diferentes fuerzas en el país en las labores de rescate y atención a las víctimas que sobrevivieron.
Este lunes, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sobrevoló el área afectada y anunció una línea de crédito sin intereses para los microempresarios damnificados y la liberación inmediata de recursos federales destinados a municipios que pasan por este tipo de catástrofes.
“Estamos obviamente tristes y manifestamos nuestra voz de pesar a los familiares. Nuestro objetivo mayor es confortar a los familiares y suministrar los bienes materiales para atender a la población”, declaró Bolsonaro en una rueda de prensa en una base aérea militar de Recife, al lado de varios de sus ministros.
El Cuerpo de Bomberos del estado de Pernambuco (noreste) actualizó este lunes a 91 el número de víctimas mortales e indicó a Efe que el de desaparecidos se situó en 26, debido a que muchas personas vivían solas y solo se supo de su situación por la ausencia en sus lugares de trabajo al comienzo de la semana.
El barrio Jardim Monte Verde, en el municipio de Jaboatao dos Guararapes, en el límite con Recife, la capital regional de Pernambuco, ha sido el más afectado por las fuertes lluvias que desde el pasado 22 de mayo se sienten con fuerza en varios estados de la región noreste de Brasil.
Desde el sábado, cuando la situación se agravó, miembros del Ejército, la Defensa Civil, el Cuerpo de Bomberos, la Policía Federal, los organismos de socorro locales y federales y voluntarios se concentran en el lugar para las labores de rescate durante día y noche.
Antes del sábado, los mayores estragos habían ocurrido en municipios vecinos como Camaragibe y la histórica ciudad de Olinda, donde varias casas fueron destruidas por deslizamientos e inundaciones, con cinco muertos, todos ellos llevados por las fuertes corrientes de agua.
La previsión es que las lluvias reducirán su intensidad, pero continuarán durante la semana, lo que dificulta las labores de rescate de cadáveres y de pertenencias que las personas quieren retirar de los escombros y del lodazal, pero que por el inminente riesgo de nuevos deslizamientos se han visto impedidas para hacerlo.
Algunas de las víctimas en Jardim Monte Verde, como relató este lunes a Efe una fuente del Instituto de Medicina Legal (IML), murieron el sábado en un segundo deslizamiento cuando retornaron a lo que restaba de sus casas para intentar sacar documentos u objetos de valor.