ABC.es.- En los años 80 se alzó como uno de los boxeadores más populares de la Historia, y en la década siguiente descendió a los infiernos. El brillante palmarés de Mike Tyson y su rebosado estante de trofeos se ha visto eclipsados, desde hace 30 años, de un episodio especialmente duro. En 1992, la modelo Desireé Washington, concursante del certamen de belleza Miss Black America, acusó al deportista de haber abusado sexualmente de ella. Él, que se declaró culpable, fue sentenciado a seis años de prisión, aunque quedó en libertad tras cumplir la mitad de la condena, debido a su buena conducta en la cárcel.
Cuando fue puesto entre rejas, Tyson estaba en el punto álgido de su carrera.
El público pagaba grandes cantidades para verle, y sus bolsillos estaba llenos. Tenía al mundo a sus pies, pero, según confiesa, solo empezó a ser feliz cuando estuvo alejado de todo aquello.
En una entrevista con el programa radiofónico The Pivot Podcast, recogida por el diario Marca, el exboxeador afirma que vivió “los mejores tres años” de su vida en prisión: “Encontré la paz. El dinero no significa nada si no tienes paz, estabilidad y equilibrio. Necesitas estar sano para manejar cualquier parte de tu vida”, explica.
Tyson, a lo largo de la conversación, también mostró cuál es su punto de vista sobre la vida: “Es la voluntad de morir”, dijo. “Una vez mueres, empieza tu vida. Ahí fuera hay algo más que lo que conocemos. Tienes que acabar con tu ego para apreciar la vida. Está bien tener tu ego, pero eso no es la vida. Úsalo para jugar al fútbol o para boxear, o lo que sea, pero vive tu vida sin él”, recomendó en dicha entrevista.
Su recuerdo de aquella época es feliz. “Tenía comida, todo el mundo era amable conmigo, me trataban bien. Solía correr alrededor del patio unos 13 kilómetros, y por las tardes hacía salto durante cuatro horas en mi celda. Todos me trataban bien en la prisión, me tenían miedo, pero yo siempre fui una buena persona”, confesó el deportista.