Como establece el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES) 2021 – 2025 y la política de sustitución de importaciones, es que “el Estado ha diversificado la producción de fertilizantes, aprovechando los recursos naturales, para potenciar el agro nacional y así asegurar la producción de granos y alimentos, lo que garantiza la seguridad alimentaria en el país”, manifestó el ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina Ortiz.
El conflicto entre Rusia y Ucrania ha generado el incremento de costos de los recursos energéticos, lo que repercute en el aumento de precios de los fertilizantes, y por tanto de los alimentos.
Sin embargo, Bolivia ha sabido amortizar estos efectos de la guerra gracias a que “nuestra visión de sustituir importaciones ha dado frutos positivos que hoy nos permiten tener uno de los porcentajes más bajos de inflación de la región, un hecho muy importante que refleja el éxito de nuestro modelo económico, productivo y social que encabeza nuestro presidente Luis Arce”, aseveró el ministro.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró en marzo de 2022 “una disminución de -0,05% respecto a febrero del mismo año. La variación acumulada al mes de marzo fue positiva con un incremento de 0,39% y a doce meses de 0,77%”, señala un boletín de prensa de esa institución.
“Bolivia dio pasos importantes para generar valor agregado a sus recursos naturales. Hemos industrializado el gas para producir urea, hemos industrializado nuestros recursos evaporíticos para producir cloruro de potasio, dos de los fertilizantes más utilizados en el mundo. Sumado a ello, como parte de la una política de Estado de impulsar el agro nacional, todos estos fertilizantes tienen precios diferenciados a menor costo para nuestros productores bolivianos, respecto a los precios de mercado internacional. Esta medida se aplica precisamente con el fin de apoyar y reducir los costos de producción, que evitan el incremento de precios; situación que afectaría directamente a las familias bolivianas”, manifestó Molina.
Fruto de esa política, la empresa de los bolivianos Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) inauguró tiendas en Uyuni, Cochabamba y Santa Cruz, donde se comercializa y se capacita a los productores para el uso de cloruro de potasio.
En 2021 se logró un récord de producción de cloruro de potasio, alcanzando casi 51.400 TM. Para esta gestión, esa cifra volverá a batir récord, ya que se prevé producir unas 80.000 TM.
Por otra parte, la producción de urea ha ido en ascenso desde la reactivación de la Plata de Amoniaco y Urea (PAU) en septiembre de 2021, luego de que fuera paralizada y gravemente afectada por el gobierno del año 2020.
La PAU alcanzó en el mes de marzo de este año el mayor registro de producción de urea con 41.417 toneladas métricas (TM) desde que se reanudaron sus operaciones. De ese modo, desde septiembre de 2021 ha fabricado un total de 267.258 TM hasta el mes pasado. Es así, que hasta diciembre de este 2022 se prevé producir más de 546.000 TM de ese fertilizante.
“Los agricultores bolivianos han visto que la urea que se produce en la PAU incrementa sustancialmente la productividad de sus cultivos y por ello hay una mayor demanda de este fertilizante en el mercado nacional”, dijo el titular de Hidrocarburos y Energías.