La escasez de diésel ha generado un impacto considerable en el transporte público de Cochabamba, con solo un 70% de las unidades operando debido a la falta de combustible. Así lo ha declarado José Orellana, máximo ejecutivo del Transporte Federado en la región, quien expresó su profunda preocupación ante la falta de soluciones y las largas filas en los surtidores.
“Consideramos que esta es una primera medida exigiendo la solución a los problemas, reitero, de diésel, el tema del dólar. Muchos no van a poder prestar el servicio porque hacen dos, tres días de fila para poder obtener el diésel”, afirmó Orellana. La situación es especialmente crítica para el transporte de estudiantes, con una reducción del 30% en la disponibilidad de micros que utilizan este tipo de combustible.
Pese a la crisis, Orellana aseguró que se han tomado medidas para garantizar el servicio durante las horas pico, particularmente en los horarios de entrada y salida de las unidades educativas. “Nuestros vecinos y padres de familia saben de lo que estamos hablando. Sin duda, hemos tomado previsiones en las líneas para poder esforzarnos en horas pico”, añadió.
Los transportistas que operan desde Quillacollo hacia la capital departamental también están sufriendo las consecuencias del desabastecimiento. Froilán Cadena, dirigente de Transporte de Quillacollo, comentó a la televisora Unitel que solo el 50% de las unidades están funcionando.
“Estamos totalmente preocupados. El diésel es fundamental para nuestra comunidad, especialmente ahora que las clases han comenzado. Dormimos dos días en los surtidores para trabajar otros dos días, lo que no es normal”, explicó Cadena.
Además, se ha confirmado que los transportistas acatarán el paro movilizado del próximo jueves, decidido en el Congreso Nacional en Tarija. “Somos orgánicos. La Federación Departamental de Cochabamba ha hecho el anuncio de movilizarnos, y lo haremos porque el congreso a nivel nacional ha sido unánime en los nueve departamentos que han decidido la movilización”, concluyó Cadena.
La escasez de diésel y la falta de repuestos, junto con la devaluación del dólar, continúan siendo desafíos críticos para el sector del transporte en Cochabamba, afectando la vida diaria de miles de ciudadanos.