El 11 de abril, como cada año desde 1997 a iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Día Mundial del Párkinson, una fecha que recuerda el nacimiento del médico británico James Parkinson, que publicó, en 1817, la obra Un ensayo sobre la parálisis agitante, el primer estudio sobre la enfermedad que, en la actualidad, lleva su nombre.
El párkinson en un trastorno neurodegenerativo y crónico, caracterizado, principalmente, por el desarrollo de temblores de reposo, bradicinesia o acinesia, rigidez muscular y complicaciones en la postura y la marcha, que suele aparecer entorno a los 50 años, aunque se dan casos de enfermedad antes de los 40. Aunque se desconoce su origen, la literatura científica establece una serie de factores ambientales, como infecciones virales, y genéticos, como causa de esta patología.
Síntomas
Suelen presentarse, paulatinamente, a partir de los 50 o 60 años. Los principales son:
Temblor
Es habitual que lo desarrollen alrededor del 70% de las personas afectadas, y en el 10% de los casos, está relacionado con un temblor postural. Se manifiesta cuando el paciente está en estado de reposo y puede cesar brevemente durante la realización de alguna actividad. Aparece fundamentalmente en los dedos, aunque puede darse, también, en los pies y, excepcionalmente, en la cara y las piernas.
Bradicinesia-acinesia
La ralentización y disminución de los movimientos del cuerpo, que en ocasiones, cuando se encuentra en estadios avanzados, puede encamar a los afectados, con complicaciones en tareas como la deglución, la comunicación verbal y escrita y la movilización.
Rigidez
Provocada por el incremento del tono muscular, que desemboca en dificultades en el movimiento pasivo de las extremidades. Con ello, a pesar de que la fuerza muscular se mantiene en los pacientes de párkinson, los movimientos voluntarios se tornan cada vez más complicados.
Inestabilidad postural y alteración de los reflejos de enderezamiento
Se presentan de forma tardía y no cuentan con buena respuesta a los tratamientos. En estadios avanzados del menoscabo de los reflejos posturales puede manifestarse como incapacidad para mantenerse erguido, con predisposición a las caídas y a la pérdida del equilibrio.
Diagnóstico
No existe, en la actualidad, ningún marcador diagnóstico del párkinson ni una prueba definitiva para llevar a cabo la identificación de la enfermedad, por lo que la determinación de la patología se realiza en función de ciertos criterios clínicos, relacionados con los principales síntomas de la dolencia, a saber, la bradicinesia, la rigidez, el temblor y la inestabilidad postural.
Tratamientos
En la actualidad el párkinson no tiene cura, pero sí hay diferentes tratamientos para controlarla eficazmente, para mejorar lo síntomas. Una vez establecido el diagnóstico clínico, se debe decidir si se trata o no, el tipo de terapia más indicada y el fármaco más adecuado.
Agencias