El fútbol boliviano está de luto. A los 80 años, Ramiro Blacut Rodríguez, uno de los más grandes exponentes del deporte en Bolivia, partió a la eternidad. Blacut, nacido en La Paz, dejó una huella imborrable en la historia del fútbol nacional e internacional, desde que comenzó a destacar en las canchas a los 15 años.
Apenas dos años después, con solo 17 años, Blacut integró la selección boliviana que hizo historia al coronarse Campeón Sudamericano en 1963. Este logro lo colocó entre los héroes del deporte boliviano, consolidando su lugar en el panteón del fútbol sudamericano.
Su carrera estuvo marcada por momentos de gloria y también por el sabor amargo de la derrota. En 1969, Blacut fue parte de la selección que estuvo a un paso de clasificar al Mundial de México 1970, tras victorias memorables contra Argentina y Perú en La Paz. Sin embargo, un polémico penal sancionado por el árbitro uruguayo Peña Rocha en Buenos Aires les impidió lograr el ansiado boleto.
Blacut también brilló en el extranjero. Fue el primer boliviano en jugar en el prestigioso Bayern Múnich de Alemania, dejando una marca indeleble en el club bávaro. Además, militó en Ferro Carril Oeste de Argentina y en Mariano Melgar de Perú. En Bolivia, su talento fue admirado en clubes como Bolívar, Universitario, The Strongest y La Bélgica, donde se destacó como un puntero derecho clásico, siempre pegado a la línea y con una habilidad especial para desbordar y lanzar precisos centros aéreos.
Tras colgar las botas, Blacut continuó su legado en el fútbol como entrenador. En 1977, llevó a Bolivia a conquistar la medalla de oro en los Juegos Bolivarianos, y dirigió con éxito a varios equipos bolivianos, así como al Aucas de Ecuador, donde tuvo una destacada campaña.
Pero el fútbol no fue su única pasión. Blacut también fue un apasionado del automovilismo, participando en numerosas competiciones. Fue copiloto del legendario Jorge Burgoa, quien junto a Willy Bendeck y Dieter Hübner, compitió en el Rally Londres-México de 1970.
La partida de Ramiro Blacut deja un vacío en el corazón de los amantes del fútbol y el deporte en general. Su legado perdurará, y su nombre será recordado como uno de los grandes íconos del deporte boliviano.