En una reciente entrevista concedida a Sputnik en Rusia, el presidente de Bolivia, Luis Arce, abordó el tema de la actual iliquidez de dólares que enfrenta el país. Según el mandatario, esta situación se debe a una combinación de factores tanto internos como externos, entre los cuales se destacan la contracción de las exportaciones y la inflación importada.
El mandatario explicó que la disminución de las exportaciones es un problema que no solo afecta a Bolivia, sino a varios países. La reducción en la venta de productos al exterior ha mermado significativamente la entrada de divisas al país. “Atravesamos un período transitorio de iliquidez en dólares que lo hemos visto y que tiene que ver con varios factores: está el problema que tenemos, por ejemplo, con la disminución de las exportaciones, una contracción de las exportaciones de varios productos, no solamente en Bolivia”, afirmó.
Además, el presidente destacó el impacto de la inflación importada en la economía boliviana. Este fenómeno obliga a Bolivia a gastar más dólares para adquirir los mismos productos del exterior, debido a que la inflación en varios países ha superado el 10%. “Hay una inflación que, cuando es medida en términos internacionales, es la que tenemos que pagar cada vez que importamos un producto. Un producto que antes se producía o que se vendía en 10 bolivianos, supongamos ahora por la presión de los precios, suba a 12 o 15”, detalló.
Ante este panorama, Arce subrayó la importancia de la industrialización para Bolivia, con el fin de reducir la dependencia de las importaciones y evitar una espiral económica negativa. “Gracias a su potencial en recursos naturales y materias primas, Bolivia encara la industrialización para sustituir importaciones”, dijo el gobernante, enfatizando la necesidad de aprovechar los recursos internos para fortalecer la economía.
Sin embargo, Arce también apuntó a problemas internos que han exacerbado la situación. Criticó a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) por no aprobar créditos por un valor de 900 millones de dólares, lo que ha impedido que estos recursos económicos se desembolsen. “También ha colaborado, lamentablemente, la Asamblea Legislativa Plurinacional boliviana. Tenemos en este momento un gasto de 900 millones de dólares que no han sido homologados como crédito para el Estado”, lamentó.
El presidente confía en que Bolivia superará esta fase de iliquidez, trabajando en conjunto con otros países que enfrentan problemas similares. “Estamos seguros de que vamos a vencerla, que vamos a superar para llegar a un acuerdo entre todos los países que estamos experimentando aspectos similares”, aseguró Arce.
La situación plantea desafíos importantes para la economía boliviana, que deberá navegar entre las aguas turbulentas de la economía global y las dinámicas políticas internas para restaurar la estabilidad financiera y continuar su camino hacia el desarrollo sostenible.