Agencias.- El famoso telescopio de la NASA, James Webb, detectó un objeto que a muchos investigadores causó intriga debido al pequeño tamaño que tiene, pues ronda los 100 y 200 metros, lo que equivale a la longitud del Coliseo Romano. Este hallazgo significaría el comienzo de más descubrimientos espaciales.
James Web, uno de los telescopios espaciales más conocidos -lanzado en diciembre del 2021- estaba realizando su recorrido con normalidad, hasta que de forma involuntaria, se topó con un objeto raro e interesante. Se trataba del asteroide 10920, como fue nombrado y estaba alrededor del cinturón principal de asteroides.
Su tamaño aproximado es de entre 100 y 200 metros, algo similar a las longitudes del Coliseo Romano. El descubrimiento tiene una alta relevancia, ya que permitirá conocer más sobre la medición de cuerpos espaciales y para entender mejor la composición de algunas zonas del universo.
Cabe resaltar que para conocer la medición del pequeño asteroide, se utilizó la calibración MIRI (Mid-InfraRed Instrument), basada en longitudes de onda infrarrojas y que forma parte del sistema de James Web.
Al respecto Thomas Müller, astrónomo del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre (Alemania), declaró que el hallazgo servirá para mejorar nuestras mediciones, además agrego que “de forma totalmente inesperada hemos detectado un pequeño asteroide en las observaciones de calibración MIRI disponibles al público.”
“Nuestro trabajo sugiere que se detectarán muchos objetos nuevos con este instrumento”, agregó el experto haciendo énfasis en los estudios que le preceden al descubrimiento.
Hasta la fecha, el grupo de científicos, sospecha que se trataría del asteroide más pequeño que se ha detectado, por lo que los datos se siguen estudiando para sacar una conclusión exacta.
¿Cómo es el telescopio james web?
Tiene forma de un romboide en la base y encima cuenta con un panel que es un espejo con un diámetro de 6,6 metros con dieciocho secciones hexagonales que reflejan la luz. Se encuentra a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra y opera con una luz infrarroja que detecta varios eventos espaciales. Su construcción más lanzamiento costó un aproximado de $ 8,8 mil millones.
Este telescopio ha aportado bastante en el campo de la astronomía. Aunque fue lanzado recién, ya ha podido detectar objetos y tomar fotos de lo más profundo del espacio, tarea que se les dificulta mucho a otros telescopios ubicados en la tierra.
En palabras del propio Toni Santana-Ros, investigador del Instituto de Física Aplicada a las Ciencias y las Tecnologías de la UA, “detectar un cuerpo como este con telescopios ópticos terrestres llevaría más de una hora de observaciones de los telescopios más grandes disponibles. Sin embargo, con el Webb, el telescopio más grande y potente jamás lanzado al espacio, el objeto es visible con unos pocos minutos de observación.”
Por ese motivo, se espera que en los siguientes meses se recopile otro tipo de información para saber las composiciones de otros cuerpos espaciales y su forma de interactuar en el espacio.