Alrededor de 5.000 trabajadores fabriles llevan más de dos años esperando la reincorporación a sus fuentes laborales. Pese a que ganaron más de 15 procesos judiciales sus demandas no son cumplidas.
Los trabajadores fueron despedidos de manera ilegal desde 2019 de unas 45 empresas que alegaron, para los retiros ilegales, casos de fuerza mayor o fortuitos, de acuerdo a las declaraciones públicas de Edgar Arraya, asesor legal de la Confederación General de Trabajadores Fabriles de Bolivia recogidas por el CEDLA.
Entre los afectados están los empleados de las fábricas Totai Citrus, IncerCruz, Belén y Cerámica Santa Cruz. En la misma situación están más de 100 trabajadores de la empresa Lara Bisch, en La Paz, cuya vigilia lleva más de un año; y los trabajadores de la intersindical Incerpaz que emitieron una resolución pidiendo la reincorporación de quienes fueron despedidos en la Industria Cerámica Oruro (Inceror).
Además de estos pedidos de reincorporación, los trabajadores fabriles también se movilizaron solicitando el cumplimiento de acuerdos y convenios, el pago de salarios adeudados y de beneficios sociales.